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María Corina Machado convoca a «protesta mundial» contra la dictadura para el 17 de agosto

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Manifestantes venezolanos/ larazon.pe

María Corina Machado, una de las principales figuras de la oposición venezolana, ha hecho un llamado a los ciudadanos dentro y fuera de Venezuela para participar en una «protesta mundial» el próximo sábado 17 de agosto. A través de su cuenta en la red social X, la líder política anunció que esta movilización busca presionar al gobierno de Nicolás Maduro para que reconozca los resultados de las elecciones del 28 de julio, en las que, según Machado y sus aliados, resultó vencedor el embajador Edmundo González Urrutia.

«Este próximo sábado 17 de agosto, los venezolanos nos unimos en cualquier parte del mundo para alzar la voz por la verdad: el 28 de julio #GanóVzla», expresó Machado en su mensaje, enfatizando la necesidad de que los venezolanos en el extranjero se sumen a esta iniciativa. Además, instó a sus compatriotas a visitar la página web resultadosconvzla.com para descargar e imprimir su acta de votación, la cual deberán llevar a la concentración en la ciudad donde se encuentren.

La convocatoria también fue respaldada por Edmundo Gonzáles Urrutia, quien, a través de sus redes sociales, compartió un video en el que aseguró que «defender la verdad no es un delito. Delito es no acatar la voluntad popular expresada el 28 de julio». Gonzáles Urrutia, quien se presenta como el legítimo ganador de los comicios, ha sido uno de los más firmes críticos del gobierno de Maduro y de su negativa a aceptar los resultados electorales que, según la oposición, fueron manipulados para favorecer al oficialismo.

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En su mensaje, la política hizo un llamado a la unidad de los venezolanos en todo el mundo para demostrar que no se dejarán «robar» los resultados de las elecciones, y pidió a sus seguidores que difundan la convocatoria para asegurar una participación masiva.

Con información de larazón.pe

Arte y Cultura

Divina Pastora, la andaluza que conquistó a los venezolanos

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Desde 1856 la virgen sale procesión / El Estimulo

Por Alberto Veloz

A mediados del siglo XVIII, por inspiración divina del sacerdote capuchino Fray Isidoro de Sevilla, comenzó a fraguarse a advocación mariana “Divina Pastora de las Almas”. El lema escogido para el recorrido del año 2022 es “Divina Pastora, Reina y Madre de la Familia, ruega por nosotros”

En el corazón de Andalucía y auspiciado por la Orden de los Capuchinos, nació el culto a la Virgen María como Divina Pastora de las Almas, hasta que después de muchos años y por solicitud especial de una encomienda, su imagen, una talla de madera policromada de la Escuela de Sevilla, llegó a la capilla de la parroquia de Santa Rosa, en Barquisimeto, a mediados del siglo XVIII.

Su veneración se ha mantenido desde hace más de dos siglos, en lo que constituye una de las manifestaciones más grandes de fervor cristiano en el mundo entero.

Cada 14 de enero se movilizan más de 4 millones y medio de personas en procesión desde la iglesia de Santa Rosa en un recorrido de 7 kilómetros y medio hasta la Catedral Metropolitana de Barquisimeto, capital del estado Lara.

Es una de las procesiones marianas más grandes del mundo en cuanto a asistentes, junto a las de la Virgen de Guadalupe en México y de Fátima en Portugal.

La seguridad durante las procesiones está garantizada con la presencia de los Celadores de la Divina Pastora, grupo integrado por caballeros de la parroquia quienes están atentos ante cualquier eventualidad, con el apoyo de los cuerpos de seguridad del Estado.

¿Por qué Divina Pastora?

Desde que Jesucristo, el hijo de Dios, se encarnó en el vientre de la santísima Virgen María y se hizo hombre, se presentó a sí mismo como el cordero de Dios y el Buen Pastor.

San Juan lo señala en su Evangelio en el capítulo “El Buen Pastor”: “En verdad, en verdad os digo: El que no entra por la puerta en el aprisco (redil) de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas…, yo soy el buen pastor, que da la vida por sus ovejas, las conozco y ellas me conocen a mí”. (Juan 10, 1-18).

Jesús el Buen Pastor / El Estímulo

Si Jesucristo es el Buen Pastor, María su madre, unida al plan de salvación de Dios para todos los hombres que escuchan su voz, es la buena Pastora de las Almas.

Con esta idea basada en el Evangelio de San Juan, esta advocación mariana es una de las más hermosas y recibe cada año el fervor y veneración del pueblo venezolano.

El destino y su jugada

Corría el siglo XVIII y el sacerdote de la iglesia de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto, presbítero Felipe de Prado para aquel entonces, encargó a España una imagen de la Divina Pastora para el culto de sus altares. Al mismo tiempo, el sacerdote párroco de Santa Rosa, pueblo vecino a la capital larense, el padre Sebastián Bernal, solicitó una imagen de la Inmaculada Concepción para su parroquia.

Sucedió que por equivocación las cajas fueron cambiadas de destino y la de la Divina Pastora llegó a Santa Rosa y la de la Inmaculada Concepción a Barquisimeto. El párroco de Santa Rosa, al darse cuenta del error, cerró el cajón y procedió enviarlo a Barquisimeto.

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Entonces, la Divina Pastora expresó su deseo de quedarse en Santa Rosa y lo hizo de forma sencilla y explícita, cuando la persona encomendada para que levantase el cajón, un indígena con fama de forzudo, no pudo moverlo del suelo ni pidiendo ayuda. La caja se tornó extrañamente muy pesada.

Se sucedieron varias consultas entre los sacerdotes, Felipe de Prado y Sebastián Bernal. Debían tomar una decisión y entendieron la circunstancia que la Divina Pastora quería permanecer en la iglesia de Santa Rosa, que ha sido su lugar natural de exposición y veneración para los fieles desde hace más de dos siglos.

A partir de ese momento el padre Sebastián Bernal le dedicó los 57 años restantes de su ministerio sacerdotal al culto de veneración a la Divina Pastora, no solo en Santa Rosa y Barquisimeto, sino también en los pueblos aledaños. Bernal falleció el 28 de agosto de 1794. Esta devoción se mantuvo viva y se celebrada con mucha solemnidad todos los 8 de septiembre.

Pueblo de dilatada tradición católica

Es importante acotar que Santa Rosa fue el primer poblado de América que perpetuó el nombre de la santa peruana Rosa de Lima. Es un pueblo de dilatada tradición católica.

Alfredo Armas Alfonzo, en su obra “La tierra de Venezuela y los cielos de sus santos” comenta acerca de la fundación de Santa Rosa de Lima y el comienzo del culto a la Divina Pastora:

“El capuchino Agustín de Villabánez lo funda en 1673 con la incorporación de ciento treinta y ocho familias de indios gayones. El origen del culto de la Divina Pastora, tan de la afección de la Orden Capuchina, adviene a consecuencia de la labor del acristianamiento que cumplieron en la región a fines del siglo XVIII dos miembros de la Orden, Fray Cristóbal de Alcalá y Fray Gabriel de Hionera”.

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El terremoto dejó intacta a la Virgen

El terrible terremoto que azotó a muchas poblaciones del país el 26 de marzo de 1812 destruyó en casi su totalidad la iglesia de Santa Rosa. Solo quedaron en pie las paredes laterales, pero milagrosamente la imagen de la Divina Pastora se encontró entre los escombros en perfecto estado, intacta, sin ningún rasgo de rotura ni desperfecto. Es decir, un milagro en medio de uno de los sismos más devastadores que se han producido en el país.

La imagen de la Divina Pastora se siguió venerando entre las ruinas bajo una parte del techo que se mantenía en pie, hasta el año 1850 cuando el padre José María Macario Yépez la mudó a una capilla provisional erigida a un costado de las ruinas.

Posteriormente, el 30 de agosto de 1864 volvió a la iglesia de Santa Rosa, reconstruida en su totalidad. Muchos años después es consagrada como Basílica Menor y el 14 de enero de 2018 fue elevada a la categoría de Santuario de la Divina Pastora.

El cólera y la necesidad de un milagro

La peste de cólera que azotó el país en el año de 1855, causó innumerables muertes en muy poco tiempo.

La población estaba sumamente temerosa de contraer la terrible epidemia por lo altamente contagiosa, la rapidez con que actuaba sobre los enfermos y abatida del dolor causado por la cantidad de víctimas que diariamente cobraba cientos de vidas.

Ante esta desesperada situación, el presbítero José María Macario Yépez, párroco de la iglesia de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto sintió la inspiración de Dios para reconfortar a tantas almas y fortalecer la fe en su feligresía.

El sacerdote Macario Yépez propuso erigir un monumento a la Cruz Salvadora, en el sitio histórico llamado Tierritas Blancas, donde las tropas patriotas, comandadas por El Libertador, sufrieron un serio revés durante la guerra independentista.

El sitio fue escogido como simbólico porque estaba regado con sangre de los patriotas, mártires caídos en el lugar. La Cruz Salvadora traería el favor divino y libraría al pueblo de la terrible peste que lo azotaba. El monumento a la Cruz se finalizó de construir a finales de 1855 bajo la conducción del presbítero José María Raldíriz y José Manuel Oberto.

La procesión milagrosa

Con el fin de dar mayor notoriedad al acto de bendición de la Cruz y atraer a la feligresía para acercarse a Dios ante la terrible epidemia de cólera que diezmaba a la población, el padre José Macario Yépez organizó una procesión para inaugurar el monumento el 14 de enero de 1856. La imagen de la Divina Pastora fue llevada desde su templo en Santa Rosa hasta Barquisimeto, con la aprobación del Vicario Foráneo de Barquisimeto, presbítero José María Raldíriz.

La Divina Pastora hizo el recorrido en hombros por los pobladores de Santa Rosa y al pie de la Cruz se encontraría con la imagen de Jesús Nazareno, procedente de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, donde la multitud de fieles imploraba a Dios para que alejara la peste.

A las 4:00 de la tarde del 14 de enero de 1856 se realizó el encuentro de la imagen de la Divina Pastora con Jesús Nazareno. Durante el acto de la bendición de la Cruz Salvadora se interpretó el Popule meus, de José Ángel Lamas. Un coro de voces femeninas dio un aire de solemnidad al acto litúrgico.

Escuchemos el Popule meus (Improperia) de José Ángel Lamas interpretado por la Orquesta Filarmónica Nacional y el Coro Polifónico Rafael Suárez.

Cuando la lenta y parsimoniosa procesión entró a la ciudad y pasó frente de la casa de ño Pedro Valdés, su esposa Ceferina Cristina, moribunda por el cólera, se incorporó de su cama y caminó hasta la puerta para agradecer al paso de la Divina Pastora. El milagro de su mejoría de inmediato se regó por toda la población y fue un bálsamo para reconfortar al pueblo en su fe cristiana.

Ofrecer la vida por el pueblo

La mejor descripción del acontecimiento en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto la relata Alfredo Armas Alfonzo en su obra ya citada:

“La solemne procesión alcanza al fin la puerta de la Concepción. El padre Macario Yépez, puesto de rodillas, los brazos en cruz, le habla a la visitante: ‘¡Virgen Santísima, Divina Pastora! En aras de la Justicia Divina, por el bien y salvación de este pueblo, te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu purísimo corazón cuando recibiste en los brazos a tu Santísimo Hijo, que salves a este pueblo. ¡Que sea yo la última víctima del cólera!’”

Tan solo transcurrieron cuatro meses y medio cuando el padre Macario Yépez se enfermó con la peste. Sanó de este mal, pero inmediatamente después se enfermó con fiebre tifoidea y a los pocos días las campanas de la iglesia de la Inmaculada Concepción anunciaron su deceso en la mañana del 16 de junio de 1856.

Procesión todos los años

A partir de ese acontecimiento histórico religioso, el Vicario Foráneo de Barquisimeto, presbítero José María Raldíriz determinó que la imagen de la Divina Pastora visitara en solemne y multitudinaria procesión la ciudad de Barquisimeto todos los años, cada 14 de enero, como un testimonio perenne de gratitud a la Madre de Dios, pues según la tradición y creencia general, confirmada por muchos sobrevivientes del cólera, con la llegada de la imagen de la Divina Pastora ese 14 de enero de 1856, comenzó a cesar aquella terrible epidemia.

La motivación del padre Macario Yépez de salir en procesión con la imagen venerada de la Divina Pastora, desde el Santuario de Santa Rosa hasta la Catedral de Barquisimeto, fue el inicio de una tradición de alto fervor religioso de todo un pueblo que implora por la solución de sus problemas y necesidades básicas.

Otra de las manifestaciones del fervor hacia la imagen de la Divina Pastora está representada en su vestuario. Los devotos, cada año, quieren que la Virgen estrene.

Esta tradición ha ido creciendo con los años y cada vez son más los feligreses que viajan hasta el estado Lara para participar en una de las manifestaciones religiosas más grandes del mundo, con humildad y mucho fervor, para tributar su devoción a la Virgen María bajo la advocación de la Divina Pastora.

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La Divina Pastora en el arte

Juan Lovera, el más importante artista del período colonial, no se interesó en el tema religioso. La única obra que se conoce del citado pintor donde aborda lo místico es un cuadro de la Divina Pastora, que forma parte de la colección de la Galería de Arte Nacional de Caracas.

Es el único testimonio religioso en la producción pictórica de este artista de la Colonia, célebre por sus obras de temática histórica y por sus retratos de los principales personajes vinculados a la Independencia y a los primeros años de la República.

En la pintura popular venezolana se encuentran numerosas versiones de la Divina Pastora realizadas a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.

La figura de la Divina Pastora también aparece en una estampilla venezolana con motivo del Bimilenario de la Natividad de Nuestra Señora en 1985, en una colección de 10 sellos con un valor de Bs. 1, emitida por el Instituto Postal Telegráfico (Ipostel) e impresa por Gráficas Armitano C.A.

La legendaria tradición alfarera del estado Lara es pródiga en la producción de artesanía con la figura e imágenes en muy variadas versiones de la Divina Pastora, ofrecidas en venta por artesanos locales. Son piezas realizadas en barro cocido y luego policromadas manualmente. Forman parte del arte popular y son muy apreciadas por los coleccionistas.

Caminata presidencial

Un dato muy singular es que el presidente de la República, doctor Luis Herrera Campíns, durante los cinco años de su mandato asistió a las multitudinarias procesiones de la Divina Pastora cada 14 de enero.

El jefe de Estado esperaba la procesión en la calle 22 cruce con la avenida Venezuela de Barquisimeto, uno de los lugares de cambio de cargadores, y de la manera más discreta posible, se incorporaba para seguir a pie acompañando, como un feligrés más, a la imagen de la Divina Pastora hasta la Catedral Metropolitana.

Esto era ejemplo de democracia y fervor religioso desde las alturas del poder pero con la humildad y sencillez que debe prevalecer en todo hombre de bien.

“Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado” (Lucas 14, 11)

El Estímulo

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Deporte

Efraín Juárez triunfa con el Atlético Nacional de Colombia

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Juárez transforma el Atlético Nacional colombiano/ LatinamericanPost

Él reflexiona sobre su estilo de liderazgo orientado al futuro, el espíritu de equipo familiar y su fuerte deseo de ganar.

En solo cuatro meses rápidos, Efraín Juárez transformó al Atlético Nacional colombiano de un proyecto dudoso en un equipo bicampeón, superando tanto a los fans escépticos como a obstáculos inesperados. Un ascenso rápido a la gloria


Cuando Efraín Juárez (nacido en Ciudad de México en 1988) se unió al Atlético Nacional de Colombia en agosto de este año, pocos habrían predicho que reescribiría el futuro inmediato del club de manera tan dramática. Sin embargo, para diciembre, ya había asegurado el título de liga y la copa nacional, conocida por los aficionados como “el doblete”. Un comienzo muy especial para un entrenador que, no hace mucho, era conocido como un joven talento del fútbol mexicano. Viajó como jugador profesional por varios países y ligas ‒ España, Estados Unidos, Escocia, entre otros ‒ hasta convertirse finalmente en entrenador con la ambición de tener éxito.

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La contratación de Juárez generó mucho revuelo mediático que el club rara vez veía al contratar un nuevo entrenador. Periodistas locales, corresponsales internacionales y aficionados curiosos abarrotaron la sala de prensa para presenciar la presentación de un hombre que muchos veían como un riesgo. Se preguntaban en voz alta por qué uno de los equipos más históricos y exitosos de Colombia pondría su destino en manos de un entrenador mexicano no probado, especialmente uno que nunca había dirigido un equipo senior en su propio país.

Desde el principio, Juárez mostró una confianza tranquila. Su camino como jugador lo llevó a muchos países y ligas, lo que le dio una visión amplia de cómo integrarse rápidamente en nuevos lugares y formar equipos exitosos. En su primera rueda de prensa, habló abiertamente sobre “abrazar la presión”, viéndola como un subproducto natural de dirigir un club como Atlético Nacional, una institución con legiones de aficionados devotos y una rica tradición de ganar trofeos.

Conquista de dos trofeos

Bajo la dirección de Juárez, Atlético Nacional alcanzó alturas que incluso los seguidores más fervientes no se atrevían a soñar tan pronto. Asegurar la Copa (la principal competencia nacional) deleitó a los aficionados, pero conquistar el título de la Liga en la misma temporada convirtió la campaña en algo muy especial.

En la prensa, las celebraciones del entrenador rápidamente se convirtieron en tema de conversación: algunos las llamaron excesivas, mientras que otros las vieron como una expresión de pasión genuina. Cada vez que el equipo anotaba, la energía vibrante de Juárez en la línea de banda mostraba a un hombre que se negaba a ocultar sus sentimientos. Esa intensa pasión conectó con muchos fans que apreciaban que él se preocupaba por su club tanto como ellos, aunque también le trajo críticas, especialmente entre los aficionados rivales.

Los resultados hablaron por sí mismos: dos trofeos en cuatro meses. Ese éxito demostró que un movimiento que algunos llamaron una “apuesta imprudente” resultó ser acertado. La directiva de Atlético Nacional elogió la habilidad de un hombre que, sobre el papel, tal vez parecía un forastero, pero que, en la práctica, encajó perfectamente con la historia de ambición del club.

Cuando Juárez se acercó al micrófono en su presentación, sintió el peso del escrutinio. Los críticos cuestionaban abiertamente si poseía la capacidad táctica, el conocimiento cultural local y la resiliencia necesarios para dirigir un club tan emblemático. La duda se manifestó en titulares y en redes sociales, pero Juárez se apoyó en su filosofía para convertir esa negatividad en combustible.

La tormenta mediática en su presentación

En una entrevista con EFE, Juárez recordó el día de su rueda de prensa introductoria con diversión y orgullo. Más de 60 periodistas se apiñaron en la sala de prensa, superando ampliamente la capacidad, ansiosos por desentrañar el nombramiento inusual. Algunos exigían explicaciones inmediatas sobre por qué un entrenador mexicano sin experiencia previa como “director principal” recibiría las llaves de uno de los clubes más importantes de Colombia. Otros parecían decididos a ponerlo en aprietos retóricos o a presentarlo como un impostor.

“Mi abuela siempre decía: ‘Preocúpate cuando te ignoren, no cuando hablen de ti, sea bueno o malo’,” recordó Juárez en su entrevista. Esa frase lo guió a través del intenso escrutinio. Dijo que la hostilidad se siente terrible, pero la indiferencia es peor. Una multitud grande mostraba que la gente estaba observando de cerca. Esa atención, pensó, podría convertirse en juegos intensos en el campo.

Críticas que impulsaron el crecimiento

Con el tiempo, las críticas llegaron en diferentes formas. Algunos expertos dijeron que usaba demasiadas ideas extranjeras, ya que jugó fuera de su país natal. Otros se preguntaron si su énfasis en un estilo ofensivo sería adecuado para un club cuyos aficionados demandaban tanto estilo como victorias. Juárez describe estas críticas no como ataques, sino como herramientas de aprendizaje. Monitoreó los debates, observó los estados de ánimo de los seguidores y admitió que adaptarse a la cultura del fútbol colombiano requería escuchar a quienes mejor la entendían.

Tuvo discusiones sinceras con sus asistentes y con los propios jugadores. Lejos de proyectar una imagen inflexible de un entrenador que tenía todas las respuestas, tomó en cuenta las perspectivas de todos los que lo rodeaban. Juárez se enorgullece de su “liderazgo progresivo”, en el que las decisiones fluyen a partir de canales de comunicación abiertos, en lugar del enfoque jerárquico y anticuado de “mi manera o la de la carretera”.

“Si el grupo tiene puntos válidos, los incorporo”, dijo. “No me siento amenazado por las ideas de mis jugadores o mi personal. Las doy la bienvenida. Al final, como entrenador principal, tomaré la decisión final, pero la mejor versión de mí es la que se adapta y evoluciona”.

Al principio, algunos jugadores encontraron sorprendente este método. Conocían entrenadores que mantenían sus elecciones en secreto y rara vez pedían más opiniones. A medida que algunos de ellos se acostumbraron al estilo de Juárez, comenzaron a sentirse agradecidos por la confianza y el respeto que les otorgaba. El defensor experimentado William Tesillo comentó a los reporteros que se sentía bien tener un entrenador que pensaba con cuidado pero que estaba listo para cambiar el plan.

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El gran cambio para el espíritu de equipo

Un cambio significativo ocurrió cuando Juárez se convirtió en el centro de atención por sus celebraciones en el campo. Para algunas personas, estas celebraciones eran excesivas. En una ocasión, incluso la policía local lo interrogó, sacándolo de una rueda de prensa porque pensaban que estaba causando problemas. El momento fue tan surrealista que muchos observadores se preguntaron si estaban presenciando un hecho inédito en la historia del fútbol.

Mirando atrás, Juárez dice que ese momento unió aún más a su equipo. Cuando la policía intentó llevarlo a una pequeña estación dentro del estadio, el equipo no lo dejó ir solo. Bloquearon el pasillo para mostrar su unidad, diciéndole a los oficiales: “Si se lo llevan, se lo llevan a todos”. Esa fuerte muestra de lealtad hizo que Juárez se diera cuenta de que no solo estaba entrenando a un equipo de fútbol, sino liderando a una familia cercana.

En una escena sacada de un guion de Hollywood, Efraín Juárez se encontró en el centro de una extraña conmoción posterior al partido. Un partido de derbi local muy disputado acababa de concluir, con Atlético Nacional triunfando a pesar de jugar la mayor parte del encuentro con diez jugadores en el campo. La tensión estaba alta, tanto dentro como fuera del campo.

Cómo se desarrolló

Juárez recuerda que, durante su charla con la prensa después del partido, un miembro de seguridad se le acercó y le dijo que debía irse. Le dijeron que sus animadas celebraciones de los goles podrían molestar o provocar a los aficionados del otro equipo, lo que causaba preocupación por la seguridad pública. Al principio, Juárez pensó que se trataba de un malentendido. Nunca imaginó que celebrar con tanta energía después de una victoria difícil podría convertirse en un problema legal.

Mientras las cámaras seguían grabando, la policía lo guió fuera de la zona de medios, con la intención de llevarlo por el pasillo cerca del vestuario del equipo rival. Tal vez por accidente o intencionadamente, este recorrido puso a Juárez y a su equipo en peligro de chocar con los aficionados y jugadores del otro equipo, que estaban muy molestos por su derrota. Una delegación de jugadores de Atlético Nacional se dio cuenta rápidamente del peligro y acudió para proteger a su entrenador.

“Estamos formando una familia”, recordó Juárez diciéndoles más tarde. “Lo que hicieron por mí, yo lo habría hecho por ustedes”. Algunos jugadores incluso dijeron que irían con Juárez si la policía lo llevaba. Pensando en ese día, el entrenador dice que parecía irreal, pero mostró la fuerte lealtad del grupo. Al día siguiente, los hashtags #FreeEfraín se hicieron populares en las redes sociales locales, y todo el evento se convirtió en una historia que hizo que la amistad entre los jugadores fuera aún más fuerte.

Fortaleza nacida de la adversidad

En las 24 horas siguientes, la confusión se desvaneció. Las autoridades admitieron que había habido un malentendido y no se tomó ninguna acción legal contra Juárez, quien reanudó sus sesiones de entrenamiento diarias poco después. Sin embargo, las semillas de unidad que plantó el incidente dieron frutos a lo largo de la temporada. Los jugadores vieron a Juárez no como una figura distante en un traje, sino como alguien que se pondría al lado de ellos en la adversidad y que, a su vez, contaba con ellos para una lealtad recíproca.

Los aficionados se agruparon alrededor de la narrativa de un entrenador señalado simplemente por mostrar emoción genuina. “Si un entrenador no puede celebrar, entonces ¿qué queda en el fútbol?”, decía una pancarta mostrada en el siguiente partido en casa. Ese sentimiento capturó lo que muchos seguidores pensaban: querían un entrenador que viviera y respirara la emoción del deporte, no alguien que mantuviera una distancia reservada.

Para Juárez, esa intervención policial podría haber sido el momento definitorio de su corta gestión. “A veces, aquellos que intentan hacerte daño terminan uniéndote más”, admitió. Todo el asunto puso a prueba su compostura bajo presión, mostró al público la autenticidad de su alegría y fortaleció un espíritu de equipo que, finalmente, condujo a nuevos triunfos.

Habiendo guiado con éxito al club hacia dos trofeos importantes en cuatro meses, Efraín Juárez ahora enfrenta la tarea de mantener el impulso. Su contrato con Atlético Nacional aún tiene un año de duración, y aunque ya circulan rumores sobre su futuro a largo plazo, parece decidido a construir sobre lo que describe como “la base diaria que nos ha llevado hasta aquí”.

Las raíces de una visión compartida

Juárez se describe a sí mismo como un “líder de pensamiento avanzado”. Cree en trabajar con los jugadores, el personal y los directivos del club para guiar el camino del equipo. Aunque él toma las decisiones finales, le encanta recibir ideas de todos a su alrededor, ya sea sobre los horarios de entrenamiento, las estrategias de juego o las formas de mantener al equipo unido.

En una era en la que muchos clubes de todo el mundo se sienten atraídos por entrenadores conocidos por su estricta adherencia a sistemas específicos, la adaptabilidad de Juárez ha ganado admiración en Medellín. Consulta con aquellos que conocen los ritmos del fútbol colombiano, habla largo y tendido con los jugadores sobre sus zonas de confort y se mantiene ágil al cambiar formaciones a mitad de partido si es necesario. Los resultados han sido espectaculares: no solo han anotado goles, sino que también han ganado con un estilo ofensivo que resuena fuertemente con los aficionados.

Un factor clave en el éxito hasta ahora ha sido la sinceridad de las relaciones de Juárez. Mientras que algunos entrenadores mantienen una distancia profesional, Juárez no tiene miedo de hacer amistad con sus jugadores, aunque con límites claros. Quiere que lo vean como entrenador, mentor, hermano, figura paternal o cualquier rol que necesiten en un momento determinado. Ve la inteligencia emocional como algo vital: ganar corazones fomenta la lealtad y la disciplina para cumplir con sus planes tácticos.

Mantener el hambre viva

Muchos entrenadores descubren que sostener el hambre de más se convierte en el mayor desafío después de ganar títulos. Tras haber probado el éxito, los jugadores podrían volverse complacientes. Juárez, sin embargo, insiste en que la complacencia no tiene lugar en Atlético Nacional.

Revela que, la semana después de conquistar el título de Liga, reunió al equipo para hablar sobre los objetivos futuros. Hizo un llamado a su ambición, recordándoles que ser campeones una vez no garantiza una repetición. “La parte más difícil no es llegar a la cima”, les recordó. “Es mantenerse allí.”

Esa conversación se extendió al personal y a la directiva, subrayando una responsabilidad compartida: cada miembro debe elevar constantemente sus estándares. Cuando alguien ‒ incluido Juárez ‒ cree que le falta energía o se olvida de la tradición del club, necesita valentía para confesarlo. Destaca esta idea como crucial para un lugar saludable y esperanzas claras.

“Somos 15 millones de fuertes”, mencionó, hablando de los masivos seguidores de Atlético Nacional. “O das todo, o te apartas. Así es como defendemos lo que hemos creado.” La alineación constante de metas y valores es lo que Juárez llama “el pegamento” que mantiene unido al grupo.

Negociando el camino de mañana

Cuando Juárez firmó con Atlético Nacional, acordó un contrato de 18 meses. Con la mitad de ese tiempo ya transcurrido, muchos se preguntan si el club podría extender su permanencia. Juárez habla abiertamente sobre estas conversaciones, señalando que el respeto y la confianza son la base para cualquier acuerdo futuro.

Destaca que “nunca me ha motivado solo el dinero”. Esta actitud destaca en un ámbito laboral, a menudo dirigido por pensamientos monetarios. Antes de tomar el trabajo en Medellín, recibió ofertas para seguir jugando después de los 31 años, pero decidió parar y centrarse completamente en aprender habilidades de entrenador. En Atlético Nacional, el acuerdo era sencillo: si el equipo cumplía con metas de rendimiento específicas, ambas partes discutirían un ajuste en el paquete de compensación.

Ahora, con dos trofeos en exhibición, la pregunta es si la junta directiva y el entrenador coincidirán sobre cómo premiar su éxito. Juárez menciona la necesidad de reconocimiento para él y su cuerpo técnico, explicando cómo su sustento depende de los logros diarios. Cree que un acuerdo será fácil de concretar si el club y los entrenadores se alinean en una visión a largo plazo.

“Tengo mucha gratitud por Atlético Nacional”, dijo. “No fue una decisión fácil para ellos nombrarme, ni para mí venir bajo todo ese escepticismo. Pero ahora, como campeones, tenemos un vínculo que va más allá de un pedazo de papel.”

Mirando hacia atrás en el doble triunfo, Juárez habla de “experiencias diarias” en lugar de medallas de campeonato como la parte más gratificante de su rol. Recuerda las simples alegrías de analizar grabaciones de partidos con su cuerpo técnico, la satisfacción de ver al equipo ejecutar un plan en el campo, y el deleite de escuchar a los jugadores decir, “Todo lo que predijiste se hizo realidad.”

Pero el hombre ahora conocido en Medellín como “el líder progresista” no ve este éxito como un punto final. En cambio, lo enmarca como un peldaño, una señal de que nuevos desafíos están por venir. Se ilumina de orgullo al referirse a la próxima Supercopa el 25 de diciembre, viéndola como otro escalón en la escalera de la excelencia continua.

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Visualizando el camino por delante

El futuro probablemente traerá más escrutinio mediático, más aficionados inquietos exigiendo nuevos trofeos y más reflexión interna sobre cómo mantener viva la chispa. ¿Permanecerá Juárez en Atlético Nacional a largo plazo? ¿Podría eventualmente probar sus métodos en las ligas más importantes de Europa o en algún otro lugar de América Latina?

Estas preguntas siguen siendo una incógnita, pero Juárez las ve como secundarias. Para él, la prioridad sigue siendo construir una atmósfera familiar. Utiliza la palabra “familia” repetidamente, reflejando una creencia genuina de que el éxito nace de la unidad, la empatía y la determinación colectiva.

También reconoce que los reveses eventualmente llegarán. La naturaleza del fútbol es cíclica; una temporada estás celebrando trofeos y al siguiente podrías estar enfrentando la eliminación. Sin embargo, la determinación de Juárez sugiere que está preparado para ambos casos. Destaca que la identidad del grupo los mantendrá a flote cuando la adversidad llegue.

Un mensaje para los aficionados

Pocos entrenadores en la historia reciente de Atlético Nacional han ganado tanta admiración de manera tan rápida. Algunos lo llaman visionario; otros aprecian su entusiasmo sincero. Fuera de la base de seguidores más acérrimos, los neutrales del fútbol colombiano también están intrigados por cómo un entrenador inicialmente sin experiencia logró superar muchos obstáculos en un abrir y cerrar de ojos.

Juárez a menudo toma un momento en las entrevistas para agradecer a los aficionados por su energía. Reconoce que los grandes clubes como Atlético Nacional llevan un peso histórico enorme, y su objetivo es ser un digno portador de esa antorcha. Ganarse su apoyo no fue automático; requirió trofeos, un estilo empático y una autenticidad cruda. “Cuando todo un estadio corea tu nombre o canta las canciones del club al unísono, no puedes evitar sentir escalofríos”, concluyó. “Eso es lo que nos sigue empujando. Estamos obligados a dar lo mejor de nosotros a estas personas cada día.”

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Arte y Cultura

Latino 1, latino 2, i latina, Iglesia latina, i griega, ye, sexi / El lenguaje en el tiempo

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El español latino es una forma de nuestro idioma algo distinto al que se oye en España/Markus Winkler

El experto Fernando Ávila explica lo que significa español latino y el por qué se escribe sexi.

Pregunta del lector Rigoberto Ramírez Usma: ¿Por qué el comentarista de cine de Caracol Radio dice que la película está doblada al español latino? ¿Hay algún español que no sea latino?

Respuesta: Hasta hace unos años se usaba el adjetivo “latino” para referirse a los idiomas derivados del latín, la lengua del Lacio, cuya capital es Roma. Esos idiomas son el español (castellano), el gallego, el catalán, el valenciano, el francés, el portugués, el italiano, el rumano y otros de menor importancia. Es lo que dice el Diccionario de la lengua española, DLE, bajo el lema azul “latino 1”.

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Latino 2

En años recientes se agregó al DLE, de la RAE, el lema “latino 2”, con el significado de ‘latinoamericano’. Entonces, el español latino es una forma de nuestro idioma algo distinto al que se oye en la península ibérica. Por dar algún ejemplo de esas diferencias, podríamos recordar que en España no se pronuncian las sílabas tla, tle, tli, tlo, tlu, mientras que en Latinoamérica sí, lo que hace que allá se diga at-le-ta, y aquí, a-tle-ta; la jota es allá más gutural, y aquí, más suave, al pronunciar jamón, jarabe, jolín; allá se dice “ordenador”, y aquí, “computador”; allá se permite “subir para arriba”, mientras que aquí se condena como redundancia; allá se dice “una de cada”, y aquí redundamos “una de cada una”…, y ustedes ya saben lo de la c y la z, que pronuncian allá con mordida de lengua, mientras que aquí seseamos, dejando la lengua atrás.

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Romano

También se usan el adjetivo “latino” y su sinónimo “romano” para referirse a los números ordinales, como rey Felipe VI (sexto), papa Benedicto XVI (dieciséis), XXXII (trigésimo segundo) Congreso Ganadero, y diferenciarlos de los arábigos, 6 (seis), 16 (dieciséis), 32 (treinta y dos). Se usa también para referirse a la Iglesia latina, la católica de occidente, cuyos ritos son distintos de los de la Iglesia de oriente. De igual manera, para identificar la vocal i, llamada i latina, y diferenciarla de la y, llamada i griega en su función de vocal, y ye, en su función de consonante.

I latina

La i latina va en cualquier posición. Puede ser al comienzo de la palabra, iguana, imán, idilio; en la mitad, coito, cuida, tapias, o al final bonsái, Pili, sexi. Puede llevar tilde, nací, Itagüí, Monguí, o no llevarla, inca, oficio, mira. Puede repetirse en una misma palabra, tití, dividivi, Titiribí. Mientras que la i griega como vocal solo se usa cuando actúa como conjunción, Marta y María, vivo y directo, maja y simpática, y cuando la palabra termina en diptongo decreciente. Esto último pasa en palabras terminadas en ay, como caray, Bombay, ¡ay!; en ey, como virrey, mamey, caney; en oy, como soy, doy, Sibundoy, y en uy, como Cocuy, cuy, ¡uy! En otras posiciones es consonante ye, con sonido articulado, como el de la ll, y no vocal, como el de la i, yace, Yemen, rayito, cuyo, cónyuge. Nunca lleva tilde.

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Sexi

Dadas esas circunstancias léxicas, hay adaptaciones españolas terminadas en i latina de palabras inglesas terminadas en i griega, como sexi (en inglés sexy), ferri (ferry), curri (curry), derbi (derby), dandi (dandy), Dani (Danny), Mari (Mary).

Fernando Ávila, experto en lingüística

El Tiempo

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