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Cómo hacer torrijas caseras. Receta tradicional de Semana Santa

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Ingredientes

  • 1 barra de pan del día anterior o una barra específica para torrijas (de venta en casi todas las pastelerías). La de esta receta tenía la escandalera de 55 cm.
  • 5 huevos medianos
  • Para la leche aromatizada:
  • 1 litro y medio de leche entera
  • 1 palo de canela-rama
  • 1 vaina de vainilla
  • 20 ml. de licor de anís Anisette Marie Brizard
  • La piel de medio limón, naranja o mandarina (el cítrico que más os guste)
  • Para la fritura de la torrijas: 1/2 litro de aceite de oliva virgen extra suave o aceite de girasol
  • Para el toque final dulce:
  • 300 g. de azúcar blanca
  • 1 cucharada de canela molida

¿Quieres hacer torrijas caseras? Son una de las recetas de postres más tradicionales en España, no pueden faltar en tu mesa. Esta es la receta que preparo en casa desde peque, tal y como me la enseñó mi madre. Con tan sólo una variación: el tipo de pan, pues en mi casa este era un postre de reciclaje y se reutilizaba el típico pan gallego de días anteriores. Las torrijas tradicionales en el centro de España se suelen preparar con un tipo de pan especial para torrijas, más esponjoso y grueso de lo habitual.

Yo me voy a centrar en la receta original y más tradicional, del dulce más típico en Semana Santa, un postre humilde que está basado en una rebanada de pan. La cual está empapada en leche aromatizada en vainilla, canela, cítricos y anís, rebozada en huevo, frita en aceite de oliva virgen extra y endulzada al gusto con almíbar o, en este caso, azúcar y canela.

Le he dado un punto extra de sabor al aromatizar la leche con vainilla, canela, cítrico (limón en este caso, pero podéis hacerlo con la piel de una mandarina o una naranja) y un punto de licor de anís Anisette Marie Brizard que marca la diferencia. Una torrija muy cremosa, casi como si fuese un flan, seguro que una de las mejores que hayáis probado. Os dejo con esta receta sencilla por si queréis probar unos bocados para chuparse los dedos. ¡Disfrutad!

Preparación de la leche infusionada

El primer paso es preparar los ingredientes con los que vamos a aromatizar la leche. Lavamos muy bien el limón y pelamos su piel de manera fina, sin mucho blanco que luego nos amargue el postre. En la preparación de la leche aromatizada tenemos un ingrediente que va a marcar la diferencia, también el precio pues no es barata, las vainas de vainilla.

  1. Para esta receta vamos a necesitar la vaina abierta entera, no es necesario añadir el interior, es decir las semillas, estas las podemos guardar para otro postre. Mi recomendación es que las congeléis en un papel de aluminio y vayáis utilizando poco a poco dependiendo de la receta, así podéis economizar este ingrediente.
  2. Para sacarle el mayor provecho, cortamos los extremos, la parte más ancha de la vaina con un cuchillo, la rajamos de un extremo al otro, abriéndola como un libro. Raspamos el interior con la hoja de un cuchillo (lo mejor es abrirla bien con los dedos y rasparla con la mitad de la hoja del cuchillo), así sacaremos las semillas que vamos a guardar. La vaina limpia es la que vamos a añadir a la leche, además una vez aromatizada la leche, la vamos a sacar y secar. No se tira, la guardaremos para otras utilizaciones como por ejemplo azúcar avainillado.
  3. Calentamos la leche a fuego medio casi hasta el punto de ebullición. Bajamos la temperatura y retiramos del fuego, añadimos la vaina de la vainilla, la piel del limón, el chorrito de licor de anís Anisette Marie Brizard y por último la rama de canela.

Reposo de la leche infusionada

  • Dejamos todo en reposo durante 5 minutos, es decir, infusionando la leche. La leche debe estar tibia o fría cuando la empleemos para empapar las torrijas. Reservamos.
  • Un truquillo para que las torrijas no salgan empalagosas es no añadirle azúcar a la leche que hemos infusionado. Sino cuando preparemos el almíbar o con el azúcar y la canela que añadiremos al final.


Empapar y rebozar las torrijas

  1. Escogemos un recipiente cómodo para ir mojando el pan elegido para las torrijas y lo llenamos con la leche infusionada y fría que tenemos reservada. Añadimos (paso opcional) el vino de Oporto que le va a dar el puntazo a este postre y batimos con un tenedor para mezclar bien los líquidos.
  2. Batimos los huevos hasta que espumen un poco y añadimos dos cucharadas de leche infusionada, volvemos a batir y colocamos en otro plato que sea cómodo para mojar las torrijas antes de freír. Ponemos una sartén con aceite de oliva virgen extra y calentamos a fuego medio. Mientras se calienta el aceite bañamos las rebanadas de pan en la leche infusionada.
  3. Le damos la vuelta para que se impregnen bien pero que no chorreen y la pasamos por el huevo batido que ya tenemos preparado. De ahí directamente a la sartén con aceite bien caliente.

Fritura y presentación

  1. Freímos las torrijas por todos dos lados hasta que estén doradas. Nos ayudamos de un tenedor para ir dando la vuelta a la torrija. Retiramos a un plato con papel de cocina absorbente para retirar el exceso de aceite.
  2. Llenamos un recipiente ancho con azúcar y canela en polvo. Unas dos cucharaditas de canela en polvo por cada 100 gramos de azúcar. Mezclamos bien con un tenedor. Rebozamos las torrijas en esa mezcla, que se impregnen bien de azúcar y canela.
  3. Dejamos enfriar y degustamos a temperatura ambiente o frías, simplemente deliciosas. Recordad que las torrijas están mejor de un día para otro. Como podéis ver en las fotos he dejado que sudaran. Así se recubren de una capita de almíbar dulce y suave que las hacen supremas. Vamos, de rechupete, no lo dudéis.

Consejos y recomendaciones para unas torrijas de rechupete


En Semana Santa las pastelerías de toda España se llenan de cientos de torrijas, leche frita, los crujientes pestiños con miel, buñuelos de viento rellenos de cosas más que ricas, los panquemados para desayunar, las filloas gallegas o los frixuelos asturianos, huevos de chocolate… podría seguir así otro párrafo más, todas ellas delicias dignas de los más larpeiros.

Entre todos ellos, la torrija de leche es mi postres preferido, una tostada suave con sabor intenso a leche, dulce y con un toque perfecto de canela, no se puede pedir más.

  • Si os gusta esta receta no dejéis de visitar nuestro especial de postres y dulces de Semana Santa y Pascua, encontraréis un montón de ideas para hacer estos días.
  • Muchos cocineros/as emplean aceite de girasol para esta receta pues evitan que se formen los típicos grumos a la hora de freír. Yo recomiendo aceite de oliva virgen extra. El sabor realza la torrija y le da un punto distinto, además de que queda una fritura perfecta.
  • La leche debe estar a temperatura ambiente. Pues si está caliente cuando impregnemos el pan con la leche puede que nos quedemos con medio trozo de pan en la mano. Es quizás el punto más importante de esta receta, dejad que la leche entibie antes de bañar las rebanadas de pan, sino el fracaso está asegurado.
  • La vaina limpia es la que vamos a añadir a la leche, además una vez aromatizada la leche, la vamos a sacar y secar. La guardaremos para otras utilizaciones. Por ejemplo para aromatizar azúcar y hacer nuestro propio azúcar avainillado.
  • El método de preparación depende del tipo de pan utilizado y la región. Las podéis encontrar bañadas en leche aromatizada como en esta receta. También con vino (con moscatel u otro tipo de vino dulce) al estilo andaluz están de lujo y las que preparan los donostiarras, con crema pastelera. No te pierdas nuestro recopilatorio con las mejores recetas de torrijas.
  • Otra opción de presentación es pasar la torrija por un poco de azúcar glass. O bien hacer un pequeño almíbar con miel y agua o bien azúcar y agua. También por un caramelo ligero donde pasaremos la torrija vuelta y vuelta. Y luego directamente al plato.
  • En mi caso empleé una sartén grande, pero si la que tienes es mediana o pequeña. No emplees mucho aceite, así la temperatura del aceite se mantendrá constante.

abc.es

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Arte y Cultura

9 de mayo. Encuentro por el centenario de la publicación de «Ifigenia»

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Ifigenia. Diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba es una novela de la escritora Teresa de la Parra publicada en 1924. Ifigenia es un retrato de la sociedad venezolana, más concretamente caraqueña, de principios del siglo xx. La novela muestra las estrictas normas morales de la época, constituyéndose en una durísima crítica social.

Ana Teresa Parra Sanojo, más conocida como Teresa de la Parra, es considerada una de las narradoras más destacadas de su época y precursora de la literatura feminista en América. A pesar de que la mayor parte de su vida transcurrió fuera, supo expresar en su obra literaria el ambiente íntimo y familiar de la Venezuela de principios del siglo xx.

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En 2024 celebramos el centenario de una de sus obras más importante: Ifigenia. Diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba por ello la BNE quiere rendirle un merecido homenaje con este encuentro.

Participantes:

Imagen: research.gate.net

Carmen Ruiz Barrionuevo, Catedrática de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, es autora de más de un centenar de artículos acerca de las literaturas cubana y venezolana.

Imagen: zendalibros.com

Juan Carlos Chirinos, es un escritor venezolano. Novelista, cuentista, biógrafo, ensayista, profesor y guionista, también se ha dedicado a la enseñanza de la escritura creativa y a la investigación literaria.

Imagen: ASALE.org

Francisco Javier Pérez, lexicógrafo, historiador de la lingüística y ensayista. Fue profesor en la Universidad Católica Andrés Bello, en la que dictó las cátedras de teoría literaria, morfosintaxis del español, historia de la lingüística y lingüística de la publicidad.

Imagen: elperiodic.ad

Carmen Posadas, es una escritora, autora de libros infantiles, novelas, biografías y varios guiones de cine y televisión. Es consejera de la Universidad Europea de Madrid donde se ha creado la Cátedra Carmen Posadas.

Jueves, 9 de mayo de 2024.
18:30h -20:00h

Entrada libre hasta completa aforo

En el Salón de actos de la Biblioteca Nacional de España

Retransmisión en línea

Organiza: https://www.bne.es/es

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Entretenimiento

Perú en Madrid

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Miguel Valdiviezo, chef del restaurante Tampu, con un plato de ceviche.

Por Rafael Ansón

Dentro de la estrategia de la Academia Iberoamericana de Gastronomía (integrada por 15 academias nacionales), se pusieron en marcha, hace 9 años, las Capitalidades Iberoamericanas de la Cultura Gastronómica. Denominaciones que se otorgan, cada año, a una ciudad representativa, que sirve de escenario para proyectar la calidad y variedad de la gastronomía de Iberoamérica.

A ellas se han ido sumando otras Capitalidades dedicadas a determinados productos, tradiciones o aspectos destacables, como la Cultura de la Tapa, la Gastronomía del Caribe, la Coctelería o la Gastronomía Sostenible. En estos momentos, se están valorando varias Capitalidades dedicadas a algunos de los productos que se encuentran entre las grandes aportaciones del mundo iberoamericano a la gastronomía mundial, como son el cacao, el café y la papa (o patata).


Futura Capitalidad de la Papa


Como es natural, la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura Gastronómica de la Papa se situaría en Perú, lugar de origen y donde existen miles de variedades de ese producto tan emblemático y extraordinario que se introdujo en España tras el Descubrimiento de América.

Curiosamente, en un principio el uso de la papa en Europa se limitaba a las clases sociales más humildes. En Francia, se utilizaba como simple adorno, hasta que Parmentier consiguió que la comiera el Rey de Francia. Hoy en día, es uno de los productos más consumidos en todo el mundo y un alimento básico de la dieta mediterránea.

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La cocina peruana


Con independencia de la calidad de la materia prima que se genera en Perú, en los últimos años han ido apareciendo chefs extraordinarios que, con su cocina creativa, han situado a Perú en el mapa de la gastronomía internacional al más alto nivel. Y, antes de ello, ya se habían popularizado algunos de los platos tradicionales de Perú, como puede ser el ceviche o la causa limeña. En Madrid, actualmente hay muchos restaurantes que ofrecen esos platos sin ser, necesariamente, peruanos.

Además, Perú genera dos cocinas que se han puesto muy de moda en los últimos años: la cocina nikkei, que es la armonía entre la cocina peruana y la japonesa; y la chifa, una fusión con la cocina china. Hoy quiero mencionar algunos de los restaurantes peruanos que hay en Madrid y que permiten conocer la calidad de la gastronomía de aquel país.

El restaurante peruano Quispe

Restaurantes tradicionales


El Inca es el primer restaurante peruano que abrió en Madrid y lleva ya 50 años ofreciendo una cocina tradicional, ahora de la mano de Magalli Ferrari, con especialidades criollas como los ceviches, las causas, los tiraditos o los arroces chaufas.

Quispe es “un homenaje a la mezcla, a la diversidad cultural y gastronómica que ofrece el Perú”. Así se presenta este restaurante donde se pueden probar los platos más tradicionales, mezclados con la fusión de otras culturas. El chef Miguel Valdiviezo ofrece en Tampu una cocina creativa, manteniendo la esencia de los sabores peruanos. Entre sus platos, el ají de gallina o los sanguchitos, junto con una carta de bebidas peruanas como el Pisco Sour. En la calle Jorge Juan se sitúa Tempus, un proyecto de los peruanos Beto Kouri y Luis Arbulu, con una propuesta creativa que mezcla la cocina de Perú con influencias mediterráneas.

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Restaurantes nikkei


Si hablamos de cocina nikkei, Luis Arévalo es uno de los chefs de referencia en Madrid. En Gaman, utiliza los mejores productos y las técnicas tradicionales japonesas para elaborar platos como los anticuchos, sanguchitos, sashimis, usuzukuris, tiraditos y todo tipo de sushis.

También hay otros como Hasaku, del chef Jhosef Arias; Ponja Nikkei, que pertenece al grupo Quispe; o Ronda 14, que fusiona la cocina nikkei con la asturiana.


Restaurantes chifa


Entre los restaurantes de Madrid que fusionan la cocina peruana con la china se encuentra Chifa Comedor, donde los hermanos Gil, Julián y Luis Miguel ofrecen platos como el ceviche de corvina o los dumpling chinolatinos con salsa de chiles ahumados Sillao también ofrece una cocina fusión con la gastronomía cantonesa. Sus arroces chaufa, el cebiche chifero, el pollo Chi Jau Kay o el cerdo Kintou son algunos de los platos que se pueden probar, armonizados con una carta de bebidas que incluye cócteles sour y chilcanos.

Rafael Ansón con Diego Cabrera, propietario de las coctelerías Salmón Gurú

La cocina líquida


Quiero terminar con algo que quizá sea tan famoso como el ceviche o la causa limeña, que es la cocina líquida, los cócteles. Concretamente, el Pisco Sour es uno de los cócteles peruanos más conocidos internacionalmente. Sin entrar a debatir si el origen del pisco se encuentra en Chile o en Perú, lo cierto es que es una bebida muy tradicional y consumida en la región peruana. Este destilado del vino, en combinación con el limón (de ahí la denominación “sour”) se puede encontrar, en la actualidad, en muchos lugares de Madrid. Concretamente, se pueden probar unos magníficos Pisco Sour en Roostiq o en Amazónico (aun no siendo restaurantes peruanos). Y, naturalmente, en las grandes coctelerías de Madrid, entre ellas Salmón Gurú, que se ha convertido en referente para todos los cócteles iberoamericanos como el Pisco Sour. Para mí, una de las armonías más interesantes, desde el punto de vista gastronómico, es la combinación del ceviche con el Pisco Sour.

elconfidencial.com

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Nueva versión de «Rosa, que linda eres»

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Fabi Hernández y Mathieu Ruiz no deleitan con su nueva versión de «Rosa, que linda eres»

Por Gustavo Tatis

«Rosa, qué linda eres” es una joya musical de 1927, cuya primera versión es del Sexteto Habanero, revelación que prueba que esa canción no es compuesta por los que hasta la fecha se atribuyen su autoría: Ni el gran Magín Díaz que tenía 9 años cuando apareció la canción, ni Irene Martínez que también era una niña en el Gamero de los años veinte. Mi conclusión luego de haber hablado con Irene poco antes de morir y Magín Díaz es que la canción se tocó por primera vez en los sábados de tregua al atardecer por los cubanos que trabajaban en el Ingenio de Sincerín en el que también trabajaban Rafael Cassiani de Palenque y Magín Díaz de Gamero. El dato me lo ha confirmado Magín al recordar a algunos de los ingenieros cubanos. La simbiosis habanera y palenquera dejó frutos musicales tanto en Cuba como en Colombia.

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El Sexteto Tabalá asimiló lo mejor con su marímbula y no perdió su raigambre ancestral palenquera. Magín Díaz, de 96 años, tiene el gran mérito de haber hecho la primera versión en formato de chalupa, y se la dedicó a su amiga Rosa Torres, según me contó. Irene Martínez tiene el gran mérito de haber realizado la primera versión en bullerengue en los años 80 con Los Soneros de Gamero que la popularizó por toda Colombia.

Magín Díaz hizo la versión en chulapa «Rosa, que linda eres» Foto: Limberto Tarriba

La versión cubana también es heredera de aportes de tradición oral en España y aportes decisivos del ingenio creativo de Cuba y Colombia. Creo que la versión colombiana tiene su propia belleza, autenticidad y vivacidad. Entre la Rosa cubana y la Rosa palenquera y gamera hay una cadencia que solo está en nuestros campos de hombres y mujeres descendientes de aquellos cimarrones que huyeron de la impiedad española de la esclavitud. En el pelo de las mujeres estaban los mapas y las semillas de la libertad, pero también los cantos ancestrales y la música secreta de la resistencia. Hay que disfrutar de las dos versiones embrionarias tanto de Cuba como de Colombia, para sentirnos atados con orgullo al fluir rítmico y sonoro incesante de nuestros ancestros.

De la interpretación que hace el Sexteto Habanero descubro que la versión cubana es triste, es una elegía, es un danzón lastimero para una Rosa muerta. Mientras la versión colombiana es una Oda festiva, celebratoria para una Rosa viva y bailoteante. Fue significativa en esta pesquisa histórica el aporte del periodista Rubén Darío Álvarez.

Con información de eluniverso.com.co

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