Deporte
Atletas latinas a seguir en los Juegos Olímpicos de París 2024
Por Carolina Padrón
Cuenta la mitología que cada cuatro años, durante los Juegos Olímpicos, miles de atletas de todo el mundo reciben la inspiración de la diosa Atenea Niké para ascender al podio y dejar de ser simples mortales. Este verano la gloria espera en París 2024. Del 27 de julio al 11 de agosto unas 5.250 mujeres pelearán por las medallas que tienen a Niké como representación: desde 2004 la diosa aparece en las preseas con sus alas desplegadas en ascenso a la grandeza. En las medallas, Niké emerge del Estadio Panatenaico, cuna de los Olímpicos en Grecia, para coronar a las participantes de los Juegos Olímpicos 2024.
Será una edición especial porque el Comité Olímpico Internacional, finalmente, ha abierto la misma cantidad de cupos para hombres y mujeres, teniendo los primeros juegos 50/50 de la historia. Justamente todo ocurrirá en el lugar en donde vive la diosa, conocida por sus destrezas y batallas, pero también por sus muchos nombres. En la capital de Francia la llaman también La Victoria de Samotracia y es quien custodia el Museo del Louvre desde sus escalinatas.
Atenea Niké ayudó a Zeus a derrotar titanes y él, en reconocimiento, le dio un lugar en el Olimpo. Ahora, en París, Niké acompañará a las contendientes latinoamericanas para que tomen un lugar junto a los dioses.
Kimberly García, Perú (Marcha 20 KM)
Han sido las derrotas las que han curtido el carácter de la marchista peruana Kimberly García, pero el haber nacido en Huancayo, una de las ciudades más altas del Perú, le ha enseñado a escalar hasta la cima. A pesar de la poca ayuda económica que recibió para el proceso olímpico terminó entre las 14 mejores del mundo en su disciplina en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Luego decidió retirarse, pero volvió… es que también es especialista en regresos. Y como ha sido su vida, lo hizo con altura: conquistó la plata en los Panamericanos de Lima 2019, pero en los olímpicos de Tokio 2020 no consiguió finalizar la prueba.
Batalló desde entonces con temas de depresión. Buscó ayuda psicológica, se apoyó en sus padres José Antonio y Gabriela y sobre el tartán del estadio Mariscal Castilla, lugar en donde entrenaba en el departamento de Junín, consiguió su zona de meditación. En el 2022 estuvo nominada a Atleta del Año por el World Athletics, claro, es el acceso que te da el haber ganado dos títulos mundiales. El 25 de marzo de 2023 el universo le dio la razón cuando rompió el récord mundial de la disciplina con un número que se sabe de memoria, 2h:37:44. La primera peruana en conseguirlo… ella siempre quiso hacer historia. El récord fue batido ese mismo año, poco importa. Quiere regresar al oro, no en vano se sabe como la carta más alta para que el himno del Perú vuelva a sonar en el podio olímpico, por primera vez, desde 1971.
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Alexa Moreno, México (Gimnasia artística)
Alexa Moreno es una alquimista. Así como los protagonistas de su animé favorito de Fullmetal Alchimist, la gimnasta mexicana busca la receta para transformar la materia: convertir su talento en una presea olímpica. Hizo de Río 2016 su primer laboratorio y fue dos años después, en el Mundial de Doha, cuando lo consiguió. Es la primera mujer mexicana en ganar una medalla en un campeonato del mundo en Gimnasia Artística, consiguiendo el bronce en la prueba de suelo.
La acompaña el Principio del Ritmo que dice que todo asciende y desciende. Su participación en los juegos de Brasil marcó un momento complicado a nivel personal. Aguantó la lluvia de críticas sobre estereotipos vencidos que ya no corresponden a la actualidad, pero esa lluvia la hizo florecer. Con su trabajo estableció nuevos estándares y desplazó la conversación que siempre debió enfocarse en su talento. Ella es su propio metal, Alexa Moreno ha logrado transformarse en referente del deporte en México. En Tokio 2020 quedó cerca del podio, en la cuarta posición. En París seguirá su ascenso, admite que en algún momento fue una locura pensar en una medalla en un campeonato del mundo y hoy es un logro más.
Rebeca Andrade, Brasil (Gimnasia Artística)
Suena el funk y sobre el tapete de la gimnasia artística aparece Rebeca Andrade, con la cadencia de los ritmos propios de Brasil. Una Menina que passa ejecuta a la perfección un ‘Cheng’ que le da la puntuación más alta en ejecución en los Panamericanos de Santiago 2023. El oro le es inevitable. Cuando concluyó la rondada, el medio giro y el mortal nadie tuvo duda de que habían presenciado historia pura: Andrade acababa de dar el mejor salto de la historia de la competencia.
Equipo de natación artística (México)
Las sirenas mexicanas son especialistas en nadar a contracorriente. Nadaron hasta lo más alto a pesar de la falta de apoyos económicos. Las dificultades las hicieron virales, pero fue la medalla de oro de los Panamericanos de Santiago 2023 la que las hizo eternas. Itzamary González, Regina Alférez, Miranda Barrera, Samanta Rodríguez, Glenda Inzunza, Daniela Estrada, Luisa Rodríguez, Jessica Sobrino, Pamela Toscano, Nuria Diosdado y Joana Jiménez, estas dos últimas que también ganaron la dorada en dueto, representan la resiliencia pura.
En París 2024 dejarán el Don’t Stop me now de Queen, que les dio la clasificación a los Juegos Olímpicos, para sumergirse en una melodía que honra a Matlalcueye, diosa mexica del agua. Las sirenas demostraron que a veces solo hay que conjugar el talento para cambiar el sentido de la corriente. Por eso consiguieron regresar a México a la competición por equipos de unos juegos olímpicos por primera vez desde Atlanta 1996. Como dice Diosdado: “ser olímpica no nada más es una palabra, es un estilo de vida”. La excelencia también lo es.
Las Reinas Del Caribe, República Dominicana (Voleibol)
El equipo de voleibol de la República Dominicana tiene muy a modo su apodo de Reinas del Caribe. Fueron la única selección hispana en conseguir su cupo olímpico en el preolímpico de la disciplina y por eso se han puesto el listón alto para París. En el 2023 ganaron cuatro torneos internacionales, incluyendo la victoria en Panamericanos ante Brasil, la tercera mejor selección del mundo.
Mariana Arceo, México (Pentatlón moderno)
La mexicana Mariana Arceo bien podría ser la versión real de la Mujer Maravilla, representa a la perfección la fuerza de Las Amazonas, pueblo mitológico de mujeres guerreras en las que se inspira la heroína. En la misma secuencia de escenas puede nadar, correr, usar la espada, montar a caballo y disparar con precisión. Y sí, en la vida real la pentatlonista no tiene stunt o doble de riesgo: en febrero cayó de un caballo en movimiento durante una competencia en Egipto. Dice que, más allá del golpe, aquello le afectó la confianza y sobre todo su ubicación en el ranking mundial de la disciplina, al descender a la tercera posición.
Pero tal como sucede en el teatro griego, en la historia de Mariana Arceo, aparece el recurso del Deus ex Machina que cambia toda la ecuación y salva de la derrota a la protagonista. A mediados de abril habrá otra competencia en la que podrá recuperar sus puntos y asegurar, virtualmente, su presencia en París, sus segundos Juegos Olímpicos. Eso sí, no depende de ningún artificio del destino, sino que tiene la clasificación en sus manos. No en vano es la mejor de América y en febrero recién ganó el oro en la Copa del Mundo de Pentatlón Moderno en El Cairo, en la modalidad de relevos mixtos junto a Duilio Carrillo.
Las Leonas, Argentina (Hockey sobre césped)
El poder de la manada argentina de hockey sobre césped se demostrará a partir del 27 de julio en el estadio Yves-du-Manoir en Colombes, al noroeste de París. Las Leonas debutarán ante los Estados Unidos en el grupo B, que integra también Australia, Gran Bretaña, España y Sudáfrica. El partido inaugural tendrá tintes de revancha al revivir la pasada final de los juegos Panamericanos de Santiago, en donde vencieron a la selección de las barras y las estrellas con un gol de Eugenia Trinchinetti, la segunda mejor jugadora del mundo del hockey sobre césped.
Ahora Las Leonas quieren arrebatarle a Países Bajos su favoritismo por ser las actuales dueñas del oro Olímpico y las mejores del mundo. Argentina llega como segunda del ránking mundial de la disciplina. Tienen cuatro medallas olímpicas, dos de plata y dos de bronce, así que la motivación es ir por el metal que les falta.
Mariana Pajón, Colombia (Ciclismo BMX)
La emperatriz. Mariana Pajón es la mujer con más medallas olímpicas de la historia del BMX y ha hecho de la bici una extensión de su propio cuerpo. No en vano ha sido 18 veces campeona del mundo en su categoría. En los pasados Panamericanos de Santiago entregó la primera medalla a la delegación colombiana al salir del carril uno y dominar toda la competición. Se colgó su tercer oro en la historia de los juegos, que ya había dominado en Guadalajara 2011 y Lima 2019.
Los rumores indicaban que se retiraría luego de la cita de París 2024, pero la colombiana ya aclaró que no está lista para renunciar a una carrera en la que le queda mucha cadena aún. Con esa motivación llegará a demostrar que a sus 32 años sigue siendo La Reina del BMX.
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Alejandra Valencia, México (Tiro Con Arco)
La arquera mexicana Alejandra Valencia admite que podría tirar una pequeña pieza de madera de una torre de Jenga con una de sus flechas, sin que colapse la estructura. Así de precisa es la medallista de bronce de Tokio 2020, en una disciplina que requiere altos niveles de concentración. El 2023 fue un año de ensueño, tanto, que recibió el Premio Nacional del Deporte en México. Llegaba con las credenciales de haberse convertido en la primera mexicana en colgarse una medalla individual en arco recurvo en un campeonato mundial, consiguiendo la plata en Berlín.
En la capital de Francia todo girará en torno a la historia. Las pruebas de arquería serán especiales al tener como escenario la Explanada de los Inválidos, antecediendo a la tumba de Napoleón. Además que la competencia regresa a donde comenzó: fue en París 1900 donde debutó la disciplina en unos olímpicos. Para Ale Valencia también será histórico. Disputará sus cuartos juegos siendo una de las principales cartas de la delegación tricolor para conseguir una presea. Aunque renuncia a la idea de verse como una líder del equipo de tiro con arco femenil, inspira a otras figuras emergentes del deporte mexicano como sus compañeras Ángela Ruiz y Ana Paula Vásquez.
vogue.mx
Deporte
Efraín Juárez triunfa con el Atlético Nacional de Colombia
Él reflexiona sobre su estilo de liderazgo orientado al futuro, el espíritu de equipo familiar y su fuerte deseo de ganar.
En solo cuatro meses rápidos, Efraín Juárez transformó al Atlético Nacional colombiano de un proyecto dudoso en un equipo bicampeón, superando tanto a los fans escépticos como a obstáculos inesperados. Un ascenso rápido a la gloria
Cuando Efraín Juárez (nacido en Ciudad de México en 1988) se unió al Atlético Nacional de Colombia en agosto de este año, pocos habrían predicho que reescribiría el futuro inmediato del club de manera tan dramática. Sin embargo, para diciembre, ya había asegurado el título de liga y la copa nacional, conocida por los aficionados como “el doblete”. Un comienzo muy especial para un entrenador que, no hace mucho, era conocido como un joven talento del fútbol mexicano. Viajó como jugador profesional por varios países y ligas ‒ España, Estados Unidos, Escocia, entre otros ‒ hasta convertirse finalmente en entrenador con la ambición de tener éxito.
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La contratación de Juárez generó mucho revuelo mediático que el club rara vez veía al contratar un nuevo entrenador. Periodistas locales, corresponsales internacionales y aficionados curiosos abarrotaron la sala de prensa para presenciar la presentación de un hombre que muchos veían como un riesgo. Se preguntaban en voz alta por qué uno de los equipos más históricos y exitosos de Colombia pondría su destino en manos de un entrenador mexicano no probado, especialmente uno que nunca había dirigido un equipo senior en su propio país.
Desde el principio, Juárez mostró una confianza tranquila. Su camino como jugador lo llevó a muchos países y ligas, lo que le dio una visión amplia de cómo integrarse rápidamente en nuevos lugares y formar equipos exitosos. En su primera rueda de prensa, habló abiertamente sobre “abrazar la presión”, viéndola como un subproducto natural de dirigir un club como Atlético Nacional, una institución con legiones de aficionados devotos y una rica tradición de ganar trofeos.
Conquista de dos trofeos
Bajo la dirección de Juárez, Atlético Nacional alcanzó alturas que incluso los seguidores más fervientes no se atrevían a soñar tan pronto. Asegurar la Copa (la principal competencia nacional) deleitó a los aficionados, pero conquistar el título de la Liga en la misma temporada convirtió la campaña en algo muy especial.
En la prensa, las celebraciones del entrenador rápidamente se convirtieron en tema de conversación: algunos las llamaron excesivas, mientras que otros las vieron como una expresión de pasión genuina. Cada vez que el equipo anotaba, la energía vibrante de Juárez en la línea de banda mostraba a un hombre que se negaba a ocultar sus sentimientos. Esa intensa pasión conectó con muchos fans que apreciaban que él se preocupaba por su club tanto como ellos, aunque también le trajo críticas, especialmente entre los aficionados rivales.
Los resultados hablaron por sí mismos: dos trofeos en cuatro meses. Ese éxito demostró que un movimiento que algunos llamaron una “apuesta imprudente” resultó ser acertado. La directiva de Atlético Nacional elogió la habilidad de un hombre que, sobre el papel, tal vez parecía un forastero, pero que, en la práctica, encajó perfectamente con la historia de ambición del club.
Cuando Juárez se acercó al micrófono en su presentación, sintió el peso del escrutinio. Los críticos cuestionaban abiertamente si poseía la capacidad táctica, el conocimiento cultural local y la resiliencia necesarios para dirigir un club tan emblemático. La duda se manifestó en titulares y en redes sociales, pero Juárez se apoyó en su filosofía para convertir esa negatividad en combustible.
La tormenta mediática en su presentación
En una entrevista con EFE, Juárez recordó el día de su rueda de prensa introductoria con diversión y orgullo. Más de 60 periodistas se apiñaron en la sala de prensa, superando ampliamente la capacidad, ansiosos por desentrañar el nombramiento inusual. Algunos exigían explicaciones inmediatas sobre por qué un entrenador mexicano sin experiencia previa como “director principal” recibiría las llaves de uno de los clubes más importantes de Colombia. Otros parecían decididos a ponerlo en aprietos retóricos o a presentarlo como un impostor.
“Mi abuela siempre decía: ‘Preocúpate cuando te ignoren, no cuando hablen de ti, sea bueno o malo’,” recordó Juárez en su entrevista. Esa frase lo guió a través del intenso escrutinio. Dijo que la hostilidad se siente terrible, pero la indiferencia es peor. Una multitud grande mostraba que la gente estaba observando de cerca. Esa atención, pensó, podría convertirse en juegos intensos en el campo.
Críticas que impulsaron el crecimiento
Con el tiempo, las críticas llegaron en diferentes formas. Algunos expertos dijeron que usaba demasiadas ideas extranjeras, ya que jugó fuera de su país natal. Otros se preguntaron si su énfasis en un estilo ofensivo sería adecuado para un club cuyos aficionados demandaban tanto estilo como victorias. Juárez describe estas críticas no como ataques, sino como herramientas de aprendizaje. Monitoreó los debates, observó los estados de ánimo de los seguidores y admitió que adaptarse a la cultura del fútbol colombiano requería escuchar a quienes mejor la entendían.
Tuvo discusiones sinceras con sus asistentes y con los propios jugadores. Lejos de proyectar una imagen inflexible de un entrenador que tenía todas las respuestas, tomó en cuenta las perspectivas de todos los que lo rodeaban. Juárez se enorgullece de su “liderazgo progresivo”, en el que las decisiones fluyen a partir de canales de comunicación abiertos, en lugar del enfoque jerárquico y anticuado de “mi manera o la de la carretera”.
“Si el grupo tiene puntos válidos, los incorporo”, dijo. “No me siento amenazado por las ideas de mis jugadores o mi personal. Las doy la bienvenida. Al final, como entrenador principal, tomaré la decisión final, pero la mejor versión de mí es la que se adapta y evoluciona”.
Al principio, algunos jugadores encontraron sorprendente este método. Conocían entrenadores que mantenían sus elecciones en secreto y rara vez pedían más opiniones. A medida que algunos de ellos se acostumbraron al estilo de Juárez, comenzaron a sentirse agradecidos por la confianza y el respeto que les otorgaba. El defensor experimentado William Tesillo comentó a los reporteros que se sentía bien tener un entrenador que pensaba con cuidado pero que estaba listo para cambiar el plan.
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El gran cambio para el espíritu de equipo
Un cambio significativo ocurrió cuando Juárez se convirtió en el centro de atención por sus celebraciones en el campo. Para algunas personas, estas celebraciones eran excesivas. En una ocasión, incluso la policía local lo interrogó, sacándolo de una rueda de prensa porque pensaban que estaba causando problemas. El momento fue tan surrealista que muchos observadores se preguntaron si estaban presenciando un hecho inédito en la historia del fútbol.
Mirando atrás, Juárez dice que ese momento unió aún más a su equipo. Cuando la policía intentó llevarlo a una pequeña estación dentro del estadio, el equipo no lo dejó ir solo. Bloquearon el pasillo para mostrar su unidad, diciéndole a los oficiales: “Si se lo llevan, se lo llevan a todos”. Esa fuerte muestra de lealtad hizo que Juárez se diera cuenta de que no solo estaba entrenando a un equipo de fútbol, sino liderando a una familia cercana.
En una escena sacada de un guion de Hollywood, Efraín Juárez se encontró en el centro de una extraña conmoción posterior al partido. Un partido de derbi local muy disputado acababa de concluir, con Atlético Nacional triunfando a pesar de jugar la mayor parte del encuentro con diez jugadores en el campo. La tensión estaba alta, tanto dentro como fuera del campo.
Cómo se desarrolló
Juárez recuerda que, durante su charla con la prensa después del partido, un miembro de seguridad se le acercó y le dijo que debía irse. Le dijeron que sus animadas celebraciones de los goles podrían molestar o provocar a los aficionados del otro equipo, lo que causaba preocupación por la seguridad pública. Al principio, Juárez pensó que se trataba de un malentendido. Nunca imaginó que celebrar con tanta energía después de una victoria difícil podría convertirse en un problema legal.
Mientras las cámaras seguían grabando, la policía lo guió fuera de la zona de medios, con la intención de llevarlo por el pasillo cerca del vestuario del equipo rival. Tal vez por accidente o intencionadamente, este recorrido puso a Juárez y a su equipo en peligro de chocar con los aficionados y jugadores del otro equipo, que estaban muy molestos por su derrota. Una delegación de jugadores de Atlético Nacional se dio cuenta rápidamente del peligro y acudió para proteger a su entrenador.
“Estamos formando una familia”, recordó Juárez diciéndoles más tarde. “Lo que hicieron por mí, yo lo habría hecho por ustedes”. Algunos jugadores incluso dijeron que irían con Juárez si la policía lo llevaba. Pensando en ese día, el entrenador dice que parecía irreal, pero mostró la fuerte lealtad del grupo. Al día siguiente, los hashtags #FreeEfraín se hicieron populares en las redes sociales locales, y todo el evento se convirtió en una historia que hizo que la amistad entre los jugadores fuera aún más fuerte.
Fortaleza nacida de la adversidad
En las 24 horas siguientes, la confusión se desvaneció. Las autoridades admitieron que había habido un malentendido y no se tomó ninguna acción legal contra Juárez, quien reanudó sus sesiones de entrenamiento diarias poco después. Sin embargo, las semillas de unidad que plantó el incidente dieron frutos a lo largo de la temporada. Los jugadores vieron a Juárez no como una figura distante en un traje, sino como alguien que se pondría al lado de ellos en la adversidad y que, a su vez, contaba con ellos para una lealtad recíproca.
Los aficionados se agruparon alrededor de la narrativa de un entrenador señalado simplemente por mostrar emoción genuina. “Si un entrenador no puede celebrar, entonces ¿qué queda en el fútbol?”, decía una pancarta mostrada en el siguiente partido en casa. Ese sentimiento capturó lo que muchos seguidores pensaban: querían un entrenador que viviera y respirara la emoción del deporte, no alguien que mantuviera una distancia reservada.
Para Juárez, esa intervención policial podría haber sido el momento definitorio de su corta gestión. “A veces, aquellos que intentan hacerte daño terminan uniéndote más”, admitió. Todo el asunto puso a prueba su compostura bajo presión, mostró al público la autenticidad de su alegría y fortaleció un espíritu de equipo que, finalmente, condujo a nuevos triunfos.
Habiendo guiado con éxito al club hacia dos trofeos importantes en cuatro meses, Efraín Juárez ahora enfrenta la tarea de mantener el impulso. Su contrato con Atlético Nacional aún tiene un año de duración, y aunque ya circulan rumores sobre su futuro a largo plazo, parece decidido a construir sobre lo que describe como “la base diaria que nos ha llevado hasta aquí”.
Las raíces de una visión compartida
Juárez se describe a sí mismo como un “líder de pensamiento avanzado”. Cree en trabajar con los jugadores, el personal y los directivos del club para guiar el camino del equipo. Aunque él toma las decisiones finales, le encanta recibir ideas de todos a su alrededor, ya sea sobre los horarios de entrenamiento, las estrategias de juego o las formas de mantener al equipo unido.
En una era en la que muchos clubes de todo el mundo se sienten atraídos por entrenadores conocidos por su estricta adherencia a sistemas específicos, la adaptabilidad de Juárez ha ganado admiración en Medellín. Consulta con aquellos que conocen los ritmos del fútbol colombiano, habla largo y tendido con los jugadores sobre sus zonas de confort y se mantiene ágil al cambiar formaciones a mitad de partido si es necesario. Los resultados han sido espectaculares: no solo han anotado goles, sino que también han ganado con un estilo ofensivo que resuena fuertemente con los aficionados.
Un factor clave en el éxito hasta ahora ha sido la sinceridad de las relaciones de Juárez. Mientras que algunos entrenadores mantienen una distancia profesional, Juárez no tiene miedo de hacer amistad con sus jugadores, aunque con límites claros. Quiere que lo vean como entrenador, mentor, hermano, figura paternal o cualquier rol que necesiten en un momento determinado. Ve la inteligencia emocional como algo vital: ganar corazones fomenta la lealtad y la disciplina para cumplir con sus planes tácticos.
Mantener el hambre viva
Muchos entrenadores descubren que sostener el hambre de más se convierte en el mayor desafío después de ganar títulos. Tras haber probado el éxito, los jugadores podrían volverse complacientes. Juárez, sin embargo, insiste en que la complacencia no tiene lugar en Atlético Nacional.
Revela que, la semana después de conquistar el título de Liga, reunió al equipo para hablar sobre los objetivos futuros. Hizo un llamado a su ambición, recordándoles que ser campeones una vez no garantiza una repetición. “La parte más difícil no es llegar a la cima”, les recordó. “Es mantenerse allí.”
Esa conversación se extendió al personal y a la directiva, subrayando una responsabilidad compartida: cada miembro debe elevar constantemente sus estándares. Cuando alguien ‒ incluido Juárez ‒ cree que le falta energía o se olvida de la tradición del club, necesita valentía para confesarlo. Destaca esta idea como crucial para un lugar saludable y esperanzas claras.
“Somos 15 millones de fuertes”, mencionó, hablando de los masivos seguidores de Atlético Nacional. “O das todo, o te apartas. Así es como defendemos lo que hemos creado.” La alineación constante de metas y valores es lo que Juárez llama “el pegamento” que mantiene unido al grupo.
Negociando el camino de mañana
Cuando Juárez firmó con Atlético Nacional, acordó un contrato de 18 meses. Con la mitad de ese tiempo ya transcurrido, muchos se preguntan si el club podría extender su permanencia. Juárez habla abiertamente sobre estas conversaciones, señalando que el respeto y la confianza son la base para cualquier acuerdo futuro.
Destaca que “nunca me ha motivado solo el dinero”. Esta actitud destaca en un ámbito laboral, a menudo dirigido por pensamientos monetarios. Antes de tomar el trabajo en Medellín, recibió ofertas para seguir jugando después de los 31 años, pero decidió parar y centrarse completamente en aprender habilidades de entrenador. En Atlético Nacional, el acuerdo era sencillo: si el equipo cumplía con metas de rendimiento específicas, ambas partes discutirían un ajuste en el paquete de compensación.
Ahora, con dos trofeos en exhibición, la pregunta es si la junta directiva y el entrenador coincidirán sobre cómo premiar su éxito. Juárez menciona la necesidad de reconocimiento para él y su cuerpo técnico, explicando cómo su sustento depende de los logros diarios. Cree que un acuerdo será fácil de concretar si el club y los entrenadores se alinean en una visión a largo plazo.
“Tengo mucha gratitud por Atlético Nacional”, dijo. “No fue una decisión fácil para ellos nombrarme, ni para mí venir bajo todo ese escepticismo. Pero ahora, como campeones, tenemos un vínculo que va más allá de un pedazo de papel.”
Mirando hacia atrás en el doble triunfo, Juárez habla de “experiencias diarias” en lugar de medallas de campeonato como la parte más gratificante de su rol. Recuerda las simples alegrías de analizar grabaciones de partidos con su cuerpo técnico, la satisfacción de ver al equipo ejecutar un plan en el campo, y el deleite de escuchar a los jugadores decir, “Todo lo que predijiste se hizo realidad.”
Pero el hombre ahora conocido en Medellín como “el líder progresista” no ve este éxito como un punto final. En cambio, lo enmarca como un peldaño, una señal de que nuevos desafíos están por venir. Se ilumina de orgullo al referirse a la próxima Supercopa el 25 de diciembre, viéndola como otro escalón en la escalera de la excelencia continua.
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Visualizando el camino por delante
El futuro probablemente traerá más escrutinio mediático, más aficionados inquietos exigiendo nuevos trofeos y más reflexión interna sobre cómo mantener viva la chispa. ¿Permanecerá Juárez en Atlético Nacional a largo plazo? ¿Podría eventualmente probar sus métodos en las ligas más importantes de Europa o en algún otro lugar de América Latina?
Estas preguntas siguen siendo una incógnita, pero Juárez las ve como secundarias. Para él, la prioridad sigue siendo construir una atmósfera familiar. Utiliza la palabra “familia” repetidamente, reflejando una creencia genuina de que el éxito nace de la unidad, la empatía y la determinación colectiva.
También reconoce que los reveses eventualmente llegarán. La naturaleza del fútbol es cíclica; una temporada estás celebrando trofeos y al siguiente podrías estar enfrentando la eliminación. Sin embargo, la determinación de Juárez sugiere que está preparado para ambos casos. Destaca que la identidad del grupo los mantendrá a flote cuando la adversidad llegue.
Un mensaje para los aficionados
Pocos entrenadores en la historia reciente de Atlético Nacional han ganado tanta admiración de manera tan rápida. Algunos lo llaman visionario; otros aprecian su entusiasmo sincero. Fuera de la base de seguidores más acérrimos, los neutrales del fútbol colombiano también están intrigados por cómo un entrenador inicialmente sin experiencia logró superar muchos obstáculos en un abrir y cerrar de ojos.
Juárez a menudo toma un momento en las entrevistas para agradecer a los aficionados por su energía. Reconoce que los grandes clubes como Atlético Nacional llevan un peso histórico enorme, y su objetivo es ser un digno portador de esa antorcha. Ganarse su apoyo no fue automático; requirió trofeos, un estilo empático y una autenticidad cruda. “Cuando todo un estadio corea tu nombre o canta las canciones del club al unísono, no puedes evitar sentir escalofríos”, concluyó. “Eso es lo que nos sigue empujando. Estamos obligados a dar lo mejor de nosotros a estas personas cada día.”
LatinamericanPost
Deporte
Partidos de barrio: así se llaman en cada país
Redacción
Los partidos de barrio son competiciones informales en las que los jugadores se reúnen para divertirse. Pueden ser en la calle, en el patio del colegio, en las canchas deportivas, e incluso en la playa.
Estos partidos se organizan en general para jugar fútbol, pero también vóleibol, beisbol, softbol, baloncesto, o cualquier deporte improvisado; eso sí, respetando las reglas propias del deporte, establecidas según lo que permite el terreno de juego.
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Sobre todo en Latinoamérica, muchos de los famosos deportistas, vivieron sus primeras experiencias y triunfos en las calles. Con los partidos de barrio descubrieron su pasión y forjaron su carrera.
En cada país estas competiciones se denominan de una manera. A continuación, te dejamos una lista para que conozcas como se llaman en Latinoamérica.
- México: cascarita
- Guatemala: chamusca
- Honduras: potra
- Panamá: birria
- Colombia: picado
- Venezuela: caimanera
- Brasil: pelada
- Paraguay: futbolacho
- Uruguay y Argentina: picadito
- Chile, Bolivia y Perú: pichanga
- Ecuador: peloteo
- Costa Rica: mejenga
- Nicaragua: perrera
- El Salvador: mascón
¿Y tú? ¿En la infancia participaste en algún partido de barrio? ¿Te reúnes con tu bro, tus panas o parces para jugar?
Deporte
Stefano Peschiera sigue dando alegrías a Perú
Por Raul Bazán Chocos
Stefano Peschiera sigue trayendo alegrías al Perú. Tras la medalla de bronce conseguida en los Juegos Olímpicos París 2024, el velerista viajó a Chile para el Campeonato Centro y Sudamericano de ILCA (International Laser Class Association) y se quedó con la medalla de oro en la categoría ILCA 7. El podio lo completaron el argentino Francisco Guaragna y al chileno Clemente Seguel, quienes ocuparon el segundo y tercer lugar respectivamente
Peschiera, quien ocupa el tercer título del actual número 8 en el Ranking Mundial de Vela, ya había ganado este certamen en dos oportunidades. La primera, fue en Paracas 2019, mientras que la segunda en Río de Janeiro 2021.
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El deportista de 29 años, no fue el único peruano con éxito en el certamen disputado en la localidad de Higuerillas, Valparaíso. En la categoría ILCA 4, Salvador Marchena se quedó con la presea dorada e Isabella Suazo obtuvo la medalla de bronce. Cabe señalar que, en dicha modalidad participaron una gran cantidad de veleristas nacionales, los otros fueron: Gabriel Ole Giuria (7°), Arantza Valdivieso Zimmermann (9°), Maia Acevedo (11°). Felipe Carneiro (15°), Mauricio Chavez (16°), Lara Rubini (17°), Ainhoa Zimmermann (21°), Camila Bolivar (26°) y Rafaella Parodi (27°).
Felicitaciones de la Federación Peruana de Vela
La Federación Peruana de Vela se pronunció respecto al nuevo logro de Stefano Peschiera, a quien felicitó mediante una sentida publicación en redes sociales.
“¡Stefano Peschiera lo hizo de nuevo! Nuestro velerista ha conquistado la medalla de oro en la clase ILCA 7 en el Campeonato Centro Sudamericano ILCA 2024 en Higuerillas, Chile. Con su increíble habilidad y determinación, Stefano ha demostrado una vez más por qué es uno de los mejores. ¡Orgullo peruano en lo más alto del podio! ¡Felicidades, Stefano! ¡A seguir conquistando mares y logros!”, postearon.
Los planes de Stefano Peschiera para el futuro
En una reciente entrevista brindada al programa La Fe del Cuto, Stefano Peschiera reveló que pensó retirarse luego de París 2024, pero la medalla conseguida lo motivó a seguir hasta Los Ángeles 2028. En dicha conversación, se mostró interesado en el Sudamericano de Chile en el que se acaba de proclamar campeón y se mostró enfocado en conseguir el siguiente, el cual se desarrollará en territorio peruano en marzo del 2025.
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“He estado acostumbrado a tener las cosas planificadas, pensé en retirarme después de París pero nunca esperé ganar la medalla, al ganar la medalla ha cambiado un poco las cosas, no tengo opción de retirarme, vamos a seguir hasta Los Ángeles, creo que eso va ser bueno para seguir motivando a las generaciones. Quiero hacer una maestría y quiero ver si aplico para hacer una maestría pero igual manteniendo el entrenamiento. En dos semanas me voy a Chile al sudamericano a recuperar el título, tenemos que ir a Chile a destronarlo. Y el siguiente Sudamericano es en Perú, en marzo, la idea es ganar en Chile y luego defender en Perú. En corto plazo se viene eso y a largo, la maestría y las siguiente olimpiadas. Se viene el centro de alto rendimiento también, que sea nuestra casa para entrenar”, declaró
Con información de infobae.com
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