La medida forma parte de los últimos anuncios de endurecimiento en sus políticas migratorias.

El Reino Unido volverá a pedir la tramitación de una visa como requisito migratorio obligatorio para los ciudadanos de Colombia, Honduras y El Salvador desde diciembre 2024 que quieran ingresar a su territorio.

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Así lo confirmó el embajador de Colombia en Londres, Roy Barreras, en una entrevista concedida al portal ElTiempo.com. La medida, según explicó, buscará poner fin a las “solicitudes falsas de asilo” que se acrecentaron en los últimos registros.

“La cultura del atajo nos cuesta a todos. Una minoría de compatriotas, como lo hemos advertido desde hace meses, abusó de la facilidad de viajar sin visa y ha perjudicado a la mayoría con la práctica irregular de solicitar falsos asilos, con documentaciones falsas que han disparado por miles las solicitudes de esos asilos irregulares en el Reino Unido. El gobierno británico, entonces, decidió incluir a Colombia en una lista de una decena de países a los que ha reimpuesto la visa”, fustigó Barreras.

¿Desde cuándo Reino Unido pedirá la visa para colombianos, hondureños y salvadoreños?

El requisito de visa obligatoria para los colombianos que quieran ingresar a Reino Unido entró en vigencia el 24 de diciembre próximo.

«Para los colombianos que tienen sus planes de viaje para Navidad, para visitar a sus familias, hemos logrado que se obtenga una ventana de transición de aquí al 24 de diciembre. Ellos no tendrán necesidad de la visa, siempre y cuando demuestren que tenían ya sus tiquetes y sus planes de viaje. Los demás, a partir de hoy, seguramente tendrán que hacer el aburrido trámite de la visa para poder viajar”, aseguró el embajador.

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¿Cuánto cuesta la visa para Reino Unido y cómo solicitarla?

Según el reporte del portal colombiano ElTiempo.com, una visa estándar de turismo y negocios para entrar a Reino Unido tiene un costo total, de acuerdo con el Gobierno del Estado europeo, de £ 115 libras esterlinas, lo que equivale a cerca de $ 640.000 pesos colombianos. El documento tiene una duración de seis meses, y permite una estadía máxima de seis meses.

Se mantendrá la opción de tramitar una visa estándar de turismo y negocios de validez de dos años (por un costo de $ 2’396.401 pesos), cinco años (por un costo de $ 4’276.910 pesos) y diez años (por un costo de $ 5’341.977 pesos).

El Observador

Mariana López Alba

Madrid, 26 dic (EFE).- Hallacas venezolanas, patasca peruana, tortillas mexicanas… Los ingredientes básicos de la gastronomía latinoamericana tienen su espacio en el madrileño Mercado de Maravillas, el más latino de España y uno de los más grandes de Europa.

Fundado en 1942 en el barrio de Tetuán -hoy una de las zonas con mayor nivel de migrantes latinos de Madrid-, el Maravillas ha experimentado muchos cambios en su larga historia, pero su ‘latinoamericanización’ le ha permitido recuperar en los últimos años una actividad que venía decayendo por el envejecimiento de sus clientes habituales.

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«La gente mayor sigue viniendo a comprar», pero los inmigrantes que llegaron al barrio «siguen yendo al mercado» y «los comerciantes que ahora solicitan puestos para montar sus negocios son prácticamente todos latinoamericanos», explica a EFE el gerente Ander Zumeta.

Ese «relevo generacional» permite que el mercado «no solamente sobreviva, sino que tenga muchísimo éxito y tenga la cantidad de usuarios y de visitantes que tiene en el día a día», apunta.

La demanda de productos locales de países como Venezuela, México y Perú, sitúa al Maravillas, «no solamente como un mercado tradicional de abastos, sino un lugar donde acude el público latinoamericano a hacer sus compras y conversar con sus paisanos mientras toma alguna cosa de su país».

La cultura de emprendimiento latinoamericana

La mayoría de los comerciantes llevan en el mercado «toda la vida» y son de Madrid, pero «igual que los jóvenes no van a comprar al mercado, tampoco hay tanta gente que se atreva a emprender (…) y mucho menos en este tipo de sectores, que requieren de un esfuerzo y de una cantidad de horas de trabajo monstruosas», reconoce Zumeta.

En cambio, los latinoamericanos «tienen una cultura muy emprendedora».

«Hoy en día no hay que hacer muchas matemáticas para saber que el futuro pinta claramente en esa dirección; me imagino un 70 % de puestos latinos en los próximos 5-10 años», continúa el gerente.

Está convencido de que así, «a largo plazo, va a salvar a este mercado», que, con más de 9.000 metros cuadrados y unos 200 puestos, es uno de los mayores mercados de abastos cubiertos de Europa.

Uno de esos comerciantes es el mexicano Eduardo Palacios, dueño de El Criollo: Tacos a la Parrilla, que empezó en un pequeño puesto y piensa ya en «montar aquí un pequeño obrador para después replicar en otros locales», según explica a EFE.

«Nunca pensé venir a España y poner un puesto de comida», afirma Palacios, que además tiene otro trabajo. «Yo era cliente y un día me autorizaron un préstamo en el banco y le dije a mi esposa: ‘Vamos a poner unos tacos’. Fue una manera de decir que nos queremos quedar aquí un tiempo y plantar un pie firme en Madrid».

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Paola Castilla, peruana, es dueña de varios locales dentro y fuera del mercado, pero confiesa a EFE que el principal es el Bar Machu Picchu: «Mantenemos lo que es la comida peruana y sacamos la comida como tiene que salir, sin mirar si el cliente es español o latino, y todos están satisfechos».

Castilla vive en España desde hace casi 30 años, y el único sitio donde podía comprar productos de su país era en el Mercado de Maravillas: «Venía de vez en cuando, y un día estaba con una amiga y le pregunté qué le parecía abrir un local aquí, y ahí empecé».

El auge de comerciantes latinoamericanos tiene explicación: «Nos gusta prosperar y nos gusta tener lo nuestro», dice.

Productos autóctonos

Una de las ventajas del Mercado de Maravillas es la facilidad para conseguir productos latinos.

Como afirma el mexicano Palacios, «no es fácil encontrar los proveedores y productos mexicanos, sobretodo las tortillas», pero con muchas pruebas han logrado mantener un sabor auténtico y la gente dice «Me siento en México».

En el Bar Macchu Pichu, los clientes pueden degustar pan con chicharrón y la sopa de patasca», platos típicos peruanos difíciles de conseguir en Madrid.

María, venezolana que visita a su hija en Madrid, compra «los ingredientes para las ricas hallacas navideñas», un plato típico del país, y asegura que su hija va al mercado a por el queso llanero venezolano, que no consigue en otra parte. EFE

mla/mar/jl/jgb

www.swissinfo.ch

Isabela Donado Henríquez

La Comunidad de Madrid ha venido experimentando una transformación demográfica en las últimas décadas, en gran parte gracias a la llegada masiva de inmigrantes de América Latina. En total son casi 1,1 millones de personas hispanoamericanas que residen en la ciudad. En este cambio, los colombianos y venezolanos han tenido un rol protagónico, convirtiéndose entre las comunidades más numerosas y con mayor impacto en la región.

Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística, INE, estas dos nacionalidades no solo representan un importante porcentaje del total de inmigrantes, sino que también están redefiniendo la identidad cultural y social de la capital española.

El último informe revela que, a comienzos de 2024, más de 184.000 venezolanos y 180.000 colombianos residen en Madrid, cifras que contrastan con las de hace 25 años en 1999, cuando su presencia era muy poca (5.027 y 7.619 respectivamente). En tercer lugar de nacionalidades en Madrid se encuentra Perú con 150.590. Ecuador y República Dominicana cierra el top cinco con 136.309 y 68.448 respectivamente.

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La migración venezolana, en particular, se ha intensificado desde 2015, debido a la crisis política y económica en el país. Esta situación ha llevado a miles de venezolanos, tanto de clases medias como altas, a buscar refugio en España. Muchos han optado por establecerse en barrios como Salamanca y Chamberí, donde su influencia se nota en la proliferación de negocios, restaurantes y eventos culturales relacionados con su país de origen.

Por otro lado, la migración colombiana ha venido incrementando desde finales de los años 90, cuando la violencia y la crisis económica empujaron a muchos colombianos a buscar un futuro mejor. Aunque inicialmente se concentraron en trabajos en el sector de la construcción y el servicio doméstico, con el tiempo su perfil socioeconómico se ha diversificado. Hoy, es común encontrar estudiantes colombianos en universidades madrileñas, así como empresarios que están contribuyendo al dinamismo económico de la ciudad.

Ambas comunidades comparten un elemento en común: su contribución al crecimiento económico de Madrid. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, el flujo de inmigrantes en los últimos años ha respondido a una demanda de mano de obra en sectores específicos. Esto ha coincidido con el envejecimiento de la población española, lo que convierte a los migrantes en un recurso clave para mantener la vitalidad económica.

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Este flujo migratorio, no solo ayuda a la economía de la ciudad, sino que también tiene implicaciones para el futuro de esta. De acuerdo con las proyecciones demográficas, la población inmigrante seguirá creciendo en los próximos años, con colombianos y venezolanos manteniendo su papel predominante.

Este contexto no solo transformará el panorama urbano, sino que también consolidará a Madrid como un punto de encuentro entre Europa y América Latina.

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