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Negocios

Cómo las pequeñas empresas ofrecen grandes oportunidades de inversión para el futuro

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Por Héctor Chamizo

Las acciones de las compañías de pequeña capitalización presentan intrínsecamente más riesgos que los grandes valores.

Los valores de menor tamaño, de una capitalización en bolsa más reducida, constituyen la gran mayoría de las compañías cotizadas en bolsa, cuyo valor de mercado total suele oscilar entre 250 y 10.000 millones de dólares cada una. El ingente tamaño de este universo significa que hay menos cobertura de analistas y que la información sobre las acciones puede ser escasa, por lo que es un mercado menos eficiente.

Pero eso no quiere decir que no sea una clase de activos excelente en la que pueden encontrarse negocios brillantes que ofrecen una oportunidad rentabilidad diferenciada. Más bien todo lo contrario. “En momentos en los que se produce un ciclo de mayor expansión de la economía, son los negocios más pequeños los que son más generadores de rendimiento”, comenta JP Morgan en un informe reciente.

Las acciones de las compañías de pequeña capitalización presentan intrínsecamente más riesgos que los grandes valores. Su menor tamaño significa que la liquidez es limitada. A menudo son más sensibles a la economía y es posible que necesiten endeudarse para financiar su crecimiento. También pueden ser percibidas como negocios poco maduros, que no han pasado por la prueba de varios ciclos económicos. Todo ello implica que resultan más susceptibles de experimentar volatilidad de precios.

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“Como clase de activos de mayor beta, las acciones de pequeña capitalización suelen caer más durante los periodos de incertidumbre, aunque repuntan con fuerza tras las contracciones y suelen superar el ritmo de recuperación de los grandes valores”, comenta Columbia Threadneedle en un informe dedicado sobre las empresas de menor tamaño.

Un ejemplo es la pandemia en el 2020. Cuando se impusieron los confinamientos, las pequeñas compañías salieron más afectadas que las grandes, y registraron caídas de en torno al 40% en el punto álgido de las pérdidas, comparado con un 33% de las compañías de gran capitalización.

No obstante, al relajarse las restricciones y volver a aumentar el gasto de empresas y consumidores, hubo un interés renovado por esta clase de activos y su rebote fue más pronunciado. Ambas clases de activos cerraron 2020 con un rendimiento de en torno al 16,5%. Esto es algo que hay que tener muy en cuenta de cara al futuro.

Mirar más allá de nuestras fronteras

Existe la suposición de que las pequeñas compañías suelen orientarse a su mercado nacional. Cualquier fluctuación de las perspectivas económicas o políticas regionales afectará más a los pequeños valores. “Aunque el domicilio de una compañía no dicta la calidad de su negocio, ni indica dónde genera sus ingresos, su cotización puede verse arrastrada por el sentimiento de mercado regional”, comentan desde Columbia Threadneedle.

Realizar una inversión a escala mundial reduce la exposición a un único mercado de renta variable o un grupo reducido de ellos, permitiendo a los inversores captar el excedente de rentabilidad potencial de un conjunto más amplio de oportunidades de pequeña capitalización, muchas de las cuales son empresas internacionales.

“Efectivamente, en los últimos 25 años, la rentabilidad ajustada al riesgo de las pequeñas compañías mundiales ha sido superior a la de las regiones individuales”, destacan.

La calidad frente a valor

Una valoración barata no debería ser el único motivo para invertir en algo. Las pequeñas compañías a menudo recurren a financiación a corto plazo para respaldar su crecimiento, suponiendo que tengan acceso a crédito.

Tras la crisis de los bancos regionales estadounidenses del año pasado, el crédito a las pequeñas empresas se ha ido contrayendo. Y, por supuesto, todo deterioro en la confianza económica tendrá inevitablemente una incidencia. Para muchas empresas, es bastante posible que este descuento esté justificado.

“Por este motivo, creemos que ahora es el momento de invertir en valores de pequeña capitalización de calidad”, dicen desde la gestora. Las compañías de calidad suelen tener un apalancamiento relativamente reducido y unos balances sólidos, por lo que no deberían verse tan afectadas por la necesidad de refinanciar deuda a unos tipos más altos. “Suelen ser generadoras de efectivo y deberían estar mejor preparadas para capear una contracción”, añaden.

Esto las respaldó en los primeros tiempos de la pandemia y debería significar que están más bien posicionadas en caso de desaceleración económica. Además, muchas tienen poder de fijación de precios, que les permite resistir bien en épocas de inflación.

Gran cantidad de compañías de menor tamaño también deberían beneficiarse de las mismas oportunidades estructurales que existen para las grandes capitalizaciones. Podría ser la expansión de la IA, la innovación en la atención sanitaria o soluciones ante la crisis climática, tanto sus causas como su impacto. Las pequeñas compañías a menudo son las facilitadoras, que proporcionan los productos o servicios esenciales integrados en los procesos de sus clientes.

En este grupo de calidad pueden encontrarse algunas de las oportunidades más atractivas. Cuando hubo el reajuste de las valoraciones de 2022, los inversores cambiaron de acciones de crecimiento más caras a valores más baratos, compañías expuestas a la energía o aquellas consideradas defensivas. Se prestó poca atención a la calidad fundamental de las compañías. Las que cotizaban con una prima con respecto al mercado –como suele ser el caso de las empresas de alta calidad– fueron las más afectadas durante el reajuste de las valoraciones.

“A primera vista, puede que algunas de estas compañías no parezcan «baratas» en comparación con el mercado en general, por ejemplo, sobre la base de un simple ratio precio/beneficios. Sin embargo, el carácter constante y acumulativo de sus beneficios significa que siguen siendo baratas en relación con su valor intrínseco. Son compañías de trayectoria demostrada con unos buenos flujos de efectivo, y deberían poder resistir en un entorno de altos tipos de interés”, argumentan desde Columbia Threadneedle.

“La oportunidad de inversión en muchas de esas compañías de calidad que sufrieron una ola de ventas sigue siendo válida. Ahora ofrecen un punto de entrada atractivo para los inversores activos a unos precios más baratos que anteriormente”, finalizan.

forbes.es

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La colombiana Sixxta abre su primera tienda en España

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Tienda Sixxta en Barcelona/ Modaes.com

Irene Juárez

La empresa colombiana de moda femenina sale del país donde elabora todas sus prendas con el próximo objetivo de centralizar desde Barcelona los envíos a Europa. Anuncia una nueva apertura en Panamá y proyecta otra en Lisboa.

Sixxta quiere echar raíces en Europa y ha elegido Barcelona para vertebrar su crecimiento. La compañía colombiana especializada en moda de mujer, fundada hace siete años de la mano de Mayra Gómez, pone en marcha este miércoles la que será su primera tienda propia fuera de Colombia. Se ubica en el número cuatro de Passatge Sert, en el barrio barcelonés del Born.

Colombia y su apuesta por la moda

En los últimos tiempos, Colombia, y más concretamente Medellín, ha tomado cada vez más fuerza como un jugador potencial en el tablero de la moda de ámbito internacional, especialmente en el terreno de la moda urbana. Un claro ejemplo es Undergold, el Nude Project colombiano, que inició su andadura en 2016 dando lugar a una generación de marcas de streetwear en el país y que prepara también su desembarco en España. Al mismo tiempo, otras compañías de más larga trayectoria, como Totto, especializada en mochilas, han apostado igualmente por el mercado español para centralizar su estrategia de crecimiento. Studio F, por su parte, también aterrizó en el país hace dos años con el objetivo de iniciar su expansión por Europa, con una primera tienda en la calle Goya, en Madrid.

En diciembre, Sixxta aterrizará también en Panamá, según ha avanzado Mayra Gómez, su fundadora y directora creativa, en una entrevista con Modaes. Con esta apertura, la compañía sumará cinco tiendas: la recién estrenada en Barcelona y las tres de Colombia: en Bucaramanga, en Bogotá y en Medellín. La compañía fija su mirada en Lisboa para instalarse próximamente.

Sixxta facturó en 2024 un millón de euros con Colombia como su principal mercado, y el objetivo, este año, es superar los dos millones de euros en ventas. Su sede continúa en Girón (Colombia), donde también tiene el taller de costura con el que se elaboran la mayoría de las prendas. La compañía cuenta con una plantilla de 49 personas.

Facturación de Sixxta

Sixxta cerró su ejercicio fiscal de 2024 con una facturación de un millón de euros, y prevé superar el millón este año

A los mandos de Sixxta está el matrimonio formado por Mayra Gómez y Ludwing Serrano, que ha elegido Barcelona también para vivir por su posición estratégica. Su objetivo, a medio plazo, es operar un centro logístico en la ciudad desde donde ejecuten los envíos a Europa, ante el crecimiento de este mercado. Por el momento, la tienda, que cuenta con espacio suficiente de almacenamiento, servirá también para ir realizando algunos de los envíos a modo de testeo.

El rango de edad de su perfil de cliente se ha ampliado con el paso de los años. Empezaron dirigiéndose hacia un público más adolescente, aunque ahora la clienta tipo se sitúa en una comprendida entre los 20 y los 35 años. “Son chicas relajadas, divertidas, que les gusta la moda y la historia”, indica Gómez. “Suelen ser jóvenes y valoran la comodidad y el hecho de que tengamos amplitud de tallaje”. Un abrigo de Sixxta supera 200 euros de precio, un vestido 170 y una camiseta 90 euros.

Distribución de Sixxta

Sixxta distribuye sus productos en treinta países de todo el mundo, con un canal online que representa el 30% de sus ventas. En este punto, Europa coge cada vez más fuerza y en Estados Unidos, otro de los mercados donde la compañía pone el foco, está presente en puntos multimarca, después de haber incorporado a un representante en el territorio en el pasado mes de mayo.

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Todos los productos de Sixxta se elaboran en Colombia, la mayoría en el taller de la compañía, con procesos artesanales. Para ello, utiliza prendas de algodón 100%, algodón reciclado y, en menor medida, de poliéster reciclado. Gómez explica cómo intenta reutilizar los retales, por ejemplo, del denim, para complementar otras prendas, como los bolsos.

El matrimonio creció y se afincó en Girón, un pueblo colonial de Colombia que ha marcado la esencia de Sixxta desde sus inicios. Gómez, que diseña todas las colecciones, sostiene que en sus prendas “todo gira alrededor de los recuerdos” que mantiene de su pueblo, así como de su identidad colombiana. La creativa también se inspira en la comida local, que se ve reflejada en estampados que muestran desde tomates hasta utensilios de cocina; y en sus tías, “las mujeres que me criaron”, recuerda.

El papel de la mujer, de hecho, quiere tener un peso relevante en sus diseños. “Hacemos colecciones inspiradas en mujeres para reivindicar la fuerza femenina”, asegura Gómez. El nombre de la compañía, por casualidad, suena de forma parecida a la palabra sister en inglés, “una forma de referirse a la hermandad”, concluye.

Moda.es.com

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Entretenimiento

La historia detrás del Black Friday

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El viernes negro nación de un quiebre económico /Max Ficher

Andrea Arzola Morillo

Hoy lo asociamos a colas, clics compulsivos y rebajas imposibles, pero Black Friday no nació como una celebración del consumo. Su nombre empezó siendo casi un insulto, ligado al caos y a un viernes particularmente oscuro en la historia de Estados Unidos.

Cada año, el viernes posterior a Acción de Gracias marca el pistoletazo de salida oficioso de la temporada de compras navideñas en Estados Unidos y, desde hace dos décadas, también en buena parte del mundo. Lo que empezó como una jornada de descuentos en tiendas físicas se ha convertido en un evento comercial masivo, con campañas que hoy duran semanas y que arrastran a marcas, plataformas online y consumidores a una especie de maratón global de ofertas.

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En países como España, Black Friday se consolidó sobre todo a partir de los años 2010, empujado por el e-commerce y por grandes cadenas internacionales. Con los años, se ha convertido en una fecha que reorganiza calendarios, adelanta compras navideñas y dispara la competencia por captar atención en un mercado saturado de promociones.

De un viernes “negro” en Filadelfia al fenómeno global

El nombre Black Friday tuvo, antes que nada, un sentido oscuro. En la historia estadounidense se llamó así a varios días de crisis; el más famoso fue el 24 de septiembre de 1869, cuando un intento de manipular el mercado del oro provocó un desplome financiero. Aquel «viernes negro» no tenía nada que ver con rebajas, pero dejó la expresión asociada a caos y pérdidas.

Décadas después, el término reapareció con otro significado, todavía negativo. A comienzos de los años cincuenta se usó para describir el viernes después de Acción de Gracias en fábricas y oficinas, porque muchos trabajadores se ausentaban para alargar el puente. Era, literalmente, un «viernes negro» para la productividad.

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La conexión directa con las compras llegó en los años sesenta en Filadelfia. La policía local empezó a llamar Black Friday al día posterior a Acción de Gracias por el tráfico imposible, las aglomeraciones en los comercios y el ambiente de descontrol que se generaba en el centro de la ciudad, agravado además por el partido anual de fútbol americano Army Navy que atraía aún más gente. Los comerciantes intentaron cambiar el nombre por «Big Friday», pero el apodo policial se impuso y terminó viajando a otras ciudades.

El re-branding perfecto

El gran giro llegó en los años ochenta, cuando el sector minorista decidió darle la vuelta al relato. Empezó a difundirse la explicación de que ese día las tiendas pasaban de estar «en rojo» (pérdidas) a «en negro» (beneficios), una imagen tomada de la contabilidad tradicional. No era el origen real del término, pero funcionó como re-branding perfecto: transformó una jornada asociada al caos en una fiesta del consumo.

Desde entonces, Black Friday no ha hecho más que crecer. Primero se convirtió en el día con más ventas presenciales del año en Estados Unidos y luego, con internet, saltó de las tiendas a la pantalla. En los 2000 surgieron extensiones naturales como Cyber Monday (descuentos online el lunes siguiente) y más tarde campañas adelantadas que hoy empiezan incluso antes de Acción de Gracias. El «viernes» dejó de ser un día para convertirse en una temporada comercial completa.

Así, lo que nació como una forma de describir un colapso urbano en Filadelfia terminó convertida en una etiqueta global de marketing. Un nombre oscuro, reciclado por el retail, que hoy define el mayor ritual contemporáneo de compras con descuento.

La Razón

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Gastronomía

3 marcas que hacen brillar el cacao venezolano en el exterior

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Caja de bombones de cacao venezolano / El Estímulo

Zoku en Japòn, Aroko en Italia y García Nevett en Estados Unidos, todas fundadas por venezolanos de la diáspora, han ganado importantes premios internacionales

Giuliana Chiape

Hay valientes que, al emigrar, decidieron trabajar para que otros puedan saborear la riqueza de Venezuela: el cacao venezolano. Y no solo eso, también lo han llevado a las cumbres de los premios internacionales, ganando medallas y menciones para tabletas y bombones de varios orígenes.

Aunque no son los únicos que están llenando el aire de otras latitudes con aroma de cacao venezolano, contamos las historias de tres de ellos: uno en Italia, otro en Japón y unas hermanas en Estados Unidos, concretamente en Florida.

1. Aroko en Italia

Dubraska y Johnny Spagnolo hicieron, en Venezuela, un diplomado en cacao y chocolate, así que, al emigrar a Italia, decidieron trabajar con ellos.

Este año 2025, ganaron premios en los International Chocolate Awards y en los Europa Chocolate Awards.

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En los International Chocolate Awards obtuvieron medalla con su barra de cacao Porcelana al 72% de pureza, proveniente de la Sierra de Perijá en Zulia; y también ganaron la mención Tesoro de Chuao, con una tableta hecha con granos de esta población aragüeña, reconocida mundialmente por la calidad de su cacao.

Presentación de chocolates Aroko.Instagram @arokochocolate y página web arokochocolate.com/ El Estímulo

«Estos premios no son solo una razón para sonreír, son un reconocimiento de cómo hacemos las cosas: con honestidad, sin atajos, trabajando directamente con productores de cacao y respetando cada gramo de cacao venezolano que entra a nuestro taller», declararon al momento de ser galardonados.

Actualmente, a través de su marca Aroko, elaboran tabletas con cuatro variedades de cacao venezolano: Sur del Lago, Porcelana, Chuao y Ocumare, además de derivados como cremas untables con frutos secos, que elaboran con Carenero Superior.

2. Cacao Zoku en Japón

Chocolates Zoku Tokyo/ Imagen Zoku/ El Estímulo

Alfredo Jorge González quería hacer chocolate en Japón pero con cacao venezolano y logró vencer todos los desafíos que le imponen las normas niponas de importación. El resultado es que ahora produce tabletas y bombones con granos de 12 regiones venezolanas diferentes.

Este año tuvo destacadas participaciones en premios internacionales. Primero, en el capítulo asiático de los International Chocolate Awards obtuvieron bronce, y luego destacaron, en la final mundial, con medalla de plata y el Premio de la Gastronomía para sus chocolates KinKan.

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Hay valientes que, al emigrar, decidieron trabajar para que otros puedan saborear la riqueza de Venezuela: el cacao venezolano. Y no solo eso, también lo han llevado a las cumbres de los premios internacionales, ganando medallas y menciones para tabletas y bombones de varios orígenes.

«Yo trabajo solo con cacao venezolano porque son los mejores sabores. Empecé hace cuatro años y medio porque conocí a un muchacho que traía cacao de Patanemo«, dijo Alfredo durante un foro sobre cacao venezolano.

El taller de chocolates está en Denenchofu, Japón, y desde allí llega a todo el archipiélago.

3. García Nevett en Miami

Las hermanas Susana e Isabel García Nevett comenzaron en el mundo del chocolate en Caracas, con su Latitud 10. Al migrar a Miami, finalmente decidieron bautizar su marca de chocolates con sus apellidos.

Hay valientes que, al emigrar, decidieron trabajar para que otros puedan saborear la riqueza de Venezuela: el cacao venezolano. Y no solo eso, también lo han llevado a las cumbres de los premios internacionales, ganando medallas y menciones para tabletas y bombones de varios orígenes.

Desde entonces han ganado medallas y reconocimientos en varias ediciones de los International Chocolate Awards. Tan es así que ofrecen una caja solo con bombones premiados, entre ellos el Anís y Papelón, que recuerda esa combinación venezolana presente en los golfeados.

Bombones premiados /cortesía @garcianevett/ El Estimulo

Además, a mediados de este año, fueron seleccionadas entre las mejores chocolaterías de Estados Unidos. Las hermanas García Nevett usan, en sus creaciones, una gran parte de cacao venezolano.

El Estímulo

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