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Arte y Cultura

Vuelve Benengeli, el festival de literatura que recorre los 5 continentes

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Semana Internacional de las letras en Español

Entre el 10 y el 14 de junio, doce ciudades del mundo de la red del Instituto Cervantes trabajarán para desarrollar la cuarta edición del Festival Benengeli . Sídney, Manila, Budapest, Utrecht, Bruselas, Toulouse, Mánchester, Madrid, Casablanca, Río de Janeiro, Sao Paulo y Belo Horizonte desarrollarán las actividades de este encuentro en versión híbrida, por lo que el mundo entero podrá disfrutar de una muestra significativa de la literatura actual en español.

Más de ciento diez invitados de países como España, Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Honduras, República Dominicana, Puerto Rico, Cuba y México, conforman el encuentro de este año 2024 en el que el tema central es: «Literatura: ¿humor o tragedia?»  y en el que los autores de nuestra lengua dialogarán con escritores de Australia, Filipinas, Hungría, Países bajos, Bélgica, Marruecos, Francia, Reino Unido, Marruecos y Brasil.

Una vez más, destaca en este festival la participación de Venezuela. El escritor Alberto Barrera Tyszka, participará en una mesa redonda en el Cervantes de Sao Paulo, y presentará en ese país la edición en portugués de La Enfermedad; por su parte, el narrador Rodrigo Blanco Calderón formará parte del panel de escritores que desde el Cervantes de Mánchester debatirá sobre la literatura actual, y presentará luego en Reino Unido la edición en inglés de su obra Simpatía. Del mismo modo, en el Cervantes de Sao Paulo, María Elena Morán dialogará sobre el humor y la tragedia en las ficciones contemporáneas. En la sección: «Benengeli en la radio» se realizará un diálogo irrepetible sobre la crónica en la que participarán Leonardo Padrón, César Miguel Rondón y la autora argentina Leila Guerriero, y por otro lado, la poeta Verónica Jaffé y el narrador Slavko Zupcic expondrán sus criterios en torno a la creación lírica. Del mismo modo, la narradora Liliana Lara será parte del selecto listado de ocho cuentistas invitados por el festival para publicar un cuento inédito en español, con traducciones al inglés, francés y portugués.

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Irene Vallejo y Antonio Muñoz Molina en Madrid

En Benengeli 2024, la clásica dicotomía entre lo humorístico y lo trágico será revisada por varias de las voces más destacadas de la literatura en español. Para solo subrayar algunas, puede mencionarse la presencia en la sede central del Cervantes de Madrid el 13 de junio a partir de las 19 horas, de los escritores: Antonio Muñoz Molina, que ofrecerá una breve charla «La escritura desatada: divagaciones y apuntes sobre Don Quijote de la Mancha» y de Irene Vallejo, que conversará con Luis García Montero (director del Instituto Cervantes) sobre las posibilidades de este tema en el contexto de la tradición y del presente de nuestra creación literaria.

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Pero ya desde el 10 de junio, desde Sídney podrá disfrutarse del diálogo entre el crítico Jordi Gracia y el escritor Luke Stegemann a partir de las implicaciones de la risa y el dolor en la imaginación literaria. El martes 11 en el Cervantes de Manila, el novelista Luis García Jambrina dialogará con el autor filipino Dean Alfar sobre esta dicotomía dentro del contexto de sus propias obras. El 12 de junio: Marta Sanz y David Toscana reflexionarán sobre el tema desde Budapest acompañados por el autor húngaro András Visky, misma fecha en la que Irene Gracia, Jesús Ferrero y Mike Gayle intercambiarán experiencias desde Mánchester; a la vez que Ariana Harwickz y Eduardo Mendicutti harán lo propio desde Bruselas. Para el 13 de junio, Juana Salabert y el autor francés Christian Authier conversarán en Toulouse sobre su experiencia literaria con el humor y la tragedia; y desde Casablanca podremos disfrutar de entrevistas preparadas por especialistas marroquíes a los escritores españoles Kiko Amat y Alfonso Mateo Sagasta. El cierre del Benengeli presencial estará a cargo de voces como las de Katya Adaui, y Gabriela Alemán, quienes desde Sao Paulo expondrán sus nociones sobre la literatura actual; lo que sucederá también en los Cervantes de Río de Janeiro, Belo Horizonte y Utrecht con la presencia entre otros de: Renato Cisneros, Bárbara Belloc, Begoña Gómez Urzáiz, José Ángel Mañas y Valeria Correa Fiz, entre otros.

Benengeli «Entre risas y llantos»

La parte digital de Benengeli 2024 será igual de apetitosa. La sección «Entre risas y llantos» contará con la presencia de Ana Pellicer, Ignacio Vidal Folch, JJ Armas Marcelo, Raquel Martínez Gómez, Nuria Labari, Daniela Tarazona y Guillermo Roz, entre otros. Breves reflexiones en la que estos autores delimitan la relación de sus procesos de escritura y lectura con una visión trágica o humorística de la vida. 

Por su parte, la sección «Conversaciones» permitirá hacer un repaso a la obra de varios de los autores más interesantes del momento actual: Diana Ospina, José María Merino, Mayra Montero. quienes expondrán los elementos fundamentales de su creación literaria.

Fernando Iwasaki, en sus amenas píldoras sobre la tradición literaria de nuestra lengua y bajo el amparo del programa: «Confieso que he leído» hablará en esta ocasión sobre la obra de Manuel Puig, Guillermo Cabrera Infante y Jorge Ibargüengoitia; tres clásicos de la literatura en clave de humor.

Pero también Benengeli 2024 tendrá multiplicidad de voces en su sección «Benengeli en la radio», en la que más de una decena de programas de radio del mundo, transmitidos desde ciudades como Buenos Aires, Bogotá, Caracas, Santo Domingo, San Juan de Puerto Rico, Panamá, Miami, Nueva York y Madrid, abordarán la disyuntiva de la literatura actual entre lo trágico y lo humorístico. Allí podremos disfrutar de nombres como: Cristina Fernández Cubas, Manuel Longares, Micaela Agostini, Álvaro Enrigue, Andrea Jeftanovic, Mempo Giardinelli, Luz Pichel y Rosa Beltrán, entre otros.

Benengeli «Cuentos»

La sección «cuentos» de Benengeli, en la que pueden disfrutarse a varias de las voces más interesantes del género en la actualidad, cuenta este año con relatos escritos especialmente para el festival por: Ana María Shua, Mercedes Rosende, Alejandro Morellón, Uriel Quesada, Pedro Crenes Castro, Francisco Font Acevedo y Ronaldo Menéndez.

Cabe destacar que este año, además, el festival ha tenido actividades previas en ciudades como Canberra, Wellington y Auckland.  Todo como parte de una propuesta del Departamento de Cultura del Instituto Cervantes y del comisario de este 2024: el escritor José Manuel Fajardo

Así, Benengeli se consolida como el festival en español que recorre los 5 continentes. Desde el día 10 de junio toda la información y buena parte de los contenidos de Benengeli 2024 serán accesibles en español, inglés, francés y portugués en: Benengeli 2024. (cervantes.es)

#Benengeli2024

Benengeli en la radio

Benengeli Entre Risas y Llantos

Conversaciones de Benengeli

Benengeli en los 5 continentes. Madrid

Benengeli Confieso que he leído

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César Aira y el refugio de la memoria

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El escritor argentino nos habla sobre su última novela, ‘En El Pensamiento’, situada en el entorno rural de su infancia

El escritor argentino César Aria

Por Ángel Peña

Autor de culto por excelencia, misterioso, esquivo… A César Aira (Coronel Pringles, Argentina, 1949) no le gustan las entrevistas, pero se pliega a las mínimas para que sus libros alcancen cierto recorrido. Esta la concede para hablar de En El Pensamiento (Random House), otro viaje a esos mundos tan peculiares que gusta habitar en sus novelas. Juan Marqués analizó con detalle su contenido, estilo y genealogía en estas páginas.

En un pequeño pueblo de la Argentina rural de principios o mediados del siglo XX llamado El Pensamiento y presidido por la presencia primordial de la estación de tren, un niño contempla las pequeñas maravillas de una existencia a otro ritmo, sujeto al ciclo de las estaciones y las imposiciones de la tierra, lleno de poesía y con un regusto final entre mitológico y surrealista.

Podríamos ponernos más o menos y hablar de bildungsroman, realismo mágico o algo por el estilo, pero Aira no está por la labor.

PREGUNTA.- ¿Cómo presentaría En El Pensamiento a los lectores?

RESPUESTA.- Podría describirlo como un pastiche de literatura memorialista. Creo que hoy la literatura literaria no puede ser más que pastiche de la literatura no literaria.

P.- ¿Qué cree que significa en el contexto de su carrera? ¿Por qué ahora este libro?

R.- Desde hace unos años vengo describiéndome como un «autor serial de cantos de cisne», porque es tal el agotamiento que siento al terminar algo que me prometo que será lo último. Pero siempre hay más. Está bien así, me parece, porque ese sentimiento de final les da a mis libros un peso que tienden a no tener.

.- ¿Hasta qué punto resulta complicado sostener una literatura como la suya? ¿Qué opina del concepto de autor de culto?

R.-Tengo la suerte de haber florecido en la era de las editoriales independientes, que han sido mis aliadas en lo más atrevido que he hecho. Y con las grandes editoriales, a las que trato de darle lo que me sale más normal, estoy muy agradecido, sé que pierden plata conmigo y aun así siguen publicándome.

P.- En su obra vuelve de forma recurrente a la vida en provincias y al pasado. ¿Es un refugio, una alternativa frente al ritmo de vida actual? ¿Un homenaje a una forma de vida que hoy nos puede parecer exótica, distinta? ¿Un territorio especialmente fértil para su estilo?

R.- En general mis ficciones parten de una idea abstracta, una apuesta lógica-filosófica, una paradoja interesante, y se acomodan espontáneamente al escenario que más les conviene, que puede ser el pueblo de mi infancia o el barrio de Buenos Aires donde vivo, más raramente sitios inventados o que no conozco.

P.- El Pensamiento existe, pero con solo una docena de habitantes que intentan revitalizarlo con turismo rural. ¿Hasta qué punto influyó su nacimiento y experiencia en la zona en su formación como escritor? ¿Regresa de vez en cuando? ¿Cómo experimenta el contraste con la gran ciudad?

R.- Mi madre y casi todos mis tíos, que son muchos, nacieron en El Pensamiento, y yo pasé mucho tiempo de mis primeros años allí. Ahora el campo es mío y de mi hermana. La única frase genuinamente autobiográfica de la novela es la que habla de «asegurarnos de que El Pensamiento fuera nuestro para siempre». Hace unos años un sobrino me propuso venderlo y con el dinero comprar departamentos en varias capitales del mundo para alquilarlos a turistas, con el argumento de que me daría más renta. Pero no tengo tanto interés en la renta, que es apenas una manifestación más del velo de Maya.

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P.- ¿La omisión de los nombres propios de los personajes tiene la intención de acentuar su carácter arquetípico? ¿El tono mítico responde al contexto espacio-temporal (histórico), al punto de vista del niño, a ambas cosas?

R.- No había notado que no les di nombres ni al niño que habla ni a sus padres. Es efecto de la narración en primera persona, supongo. Los niños no nombran por su nombre al padre o a la madre (ni a la maestra).

«El límite de mi surrealismo está en mi respeto al viejo mecanismo de la causa y el efecto»

P.- Se le suele aplicar el adjetivo «surrealista» a su estilo, pero el narrador de En El Pensamiento reivindica el realismo de su percepción sobre la figura del preceptor frente a las distorsiones que le podrían haber provocado las novelas del Romanticismo que leería después, «de grande». ¿Se considera un escritor «realista»?

R.– El límite de mi surrealismo está en mi respeto al viejo mecanismo de la causa y el efecto, en lo que soy irreductible. Si un hombre sale volando o un animal habla, tiene que haber una causa eficiente para que sea así, una causa lo bastante verosímil para que el lector la acepte. Ahora que lo pienso, también la necesidad de poder visualizar las escenas que escribo es productora de realismo. En fin, soy bastante realista, pero no en lo esencial, que me permitiría escribir novelas largas.

P.- El narrador propone una concepción «doble o bicorne» de la escritura: «Por un lado, de una infinita proliferación, por otro de una reducción que hacía desaparecer casi todo para dejar apenas una palabra, o su sombra o el hueco que dejaba». ¿Suscribe esa definición?

R.– Nunca me había puesto a pensarlo (eso tienen de bueno las entrevistas, de las que tanto reniego) pero ahora veo que los poderes mágicos que le adjudico a la escritura, su propiedad de crear mundos y su majestad por la que vale la pena dedicarle la vida, no son más que extensiones fantasiosas de algo tan concreto y personal como que me hace bien, físicamente, sentarme con un cuaderno y una lapicera y escribir. No importa qué. Siempre va a ser mejor que no escribir.

theobjetive.com

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Presentación «El año del viento» de la escritora peruana Karina Pacheco

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Presentación del libro El año del viento de Karina Pacheco, novela galardonada con el Premio Nacional de Literatura 2022 en Perú.

Sinopsis de la editorial: Una tarde, poco antes de la pandemia, un encuentro imprevisto trae de vuelta a la vida de Nina un espectro largamente anhelado: Bárbara, de quien no ha sabido nada en casi cuarenta años, la mira desde la bruma del pasado. Los recuerdos emergen; los juegos, el candor y los secretos de su infancia cobran vida nuevamente; pero, esta vez, la memoria que los ilumina está desprovista de toda inocencia. Para descubrir qué sucedió con Bárbara, Nina se embarcará en un viaje que la llevará, como en un descenso a los infiernos, hasta un pueblo enclavado en los Andes que fue especialmente castigado durante los años de la violencia política.

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Bienvenida:

  • Casa de América.
Karina Pacheco/ limaneescena.pe

Participantes:

  • Nataly Villena, escritora.
  • Karina Pacheco Medrano, autora.

Fecha y hora:
📅 Jueves 27 de junio de 2024.
⌚️ 19.00 h.
📍 Sala Miguel de Cervantes.
🎟️ Entrada libre hasta completar aforo.

Casa de América

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Juan Carlos Méndez Guédez: « …una mixtura, una mezcla de sabores, palabras, historias»

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Juan Carlos Méndez Guédez el 29 de junio en la Librería Los Pequeños Seres
Imagen Raquel Méndez Roperti

Por Karen Lentini Gómez

Juan Carlos Méndez Guédez (Venezuela, 1967), doctor en literatura hispanoamericana por la Universidad de Salamanca, ha publicado en Venezuela, Colombia, Estados Unidos y España. Autor de más de 30 libros, entre los que se encuentran: La ola detenida, Los maletines, Arena negra, Round 15, y La diosa de agua. Merecedor del 40º Premio Internacional Ciudad de Barbastro de Novela Corta en 2009, y  ganador del Premio Tiflos de Cuento en 2024 con En las ruinas.

Exponente no solo de la literatura latinoamericana, sino creador y reconstructor de mitos; este autor que se arriesga y se reinventa en cada nueva obra, nos concede esta entrevista a propósito de la reciente publicación de Roman de la isla Bararida

¿Me gustaría que nos explicara qué es Bararida?

En principio una palabra indígena que según dicen significaba Valle de las damas. Pero para mí era principalmente el parque zoológico de Barquisimeto al que iba de niño para pasear. Hoy en día no creo que me guste un lugar así, pero en ese entonces me fascinaba. Ir a ese parque era una fiesta, pero si la memoria no me falla en esa zona también quedaba un lugar terrible: un hospital psiquiátrico ya deteriorado, con grandes paredes llenas de agujeros por las que nos asomábamos los niños para ver un patio en el que tomaban el sol los pacientes, a veces incluso amarrados. Había entonces esa dualidad: la alegría del paseo y a la vez asomarme a contemplar un mundo lleno de dolor y misterio.

¿Por qué ha escogido  una isla imaginaria para representar esta historia de amor?

Los canarios tienen una leyenda hermosa, la isla de San Borondón, que es una isla mítica que aparece y desaparece. Escribir es conseguir en tu vida lo que no tienes en la realidad inmediata; así que cuando quise escribir un bestiario, le comenté a mi gran amigo Freddy Castillo Castellanos que me iba a inventar una isla llamada Bararida, una isla que se movía por el mundo y que podía verse en ocasiones en el río Turbio o en Adícora, pero a veces también frente a Tenerife, o La Coruña o Cádiz. A él le gustó la idea y yo hice mi bestiario ubicándolo en ese lugar. Solo que luego me di cuenta de que esa isla personal tenía más recorrido.

He leído islas que siempre me han marcado como la isla Jackson de las novelas de Mark Twain o la isla de Defoe en Robinson Crusoe, o la de Agustín Espinosa en su novela Crimen. Sentía que en una isla las historias suceden con mayor intensidad y concentración. Así que al comenzar la historia de amor de Wari y Najamutu, comprendí que Bararida era el lugar para que sucediese; una isla flotante, marcada por la ausencia de dioses, en la que sucedían historias de caballerías, mezcladas con historias de otros tiempos, y en las que podía situar a Barquisimeto como una ciudad medieval en lo que sería un juego de anacronismos que me resultaba apasionante.

Por otro lado, el amor en una isla me da la impresión de que sucede como una sentimentalidad concentrada, protegida y a la vez asfixiada por el mar.

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Afirma que es un libro en el que se concentran las lecturas de la infancia mezcladas y reconectadas ¿Ha sido un proceso fluido y sin pausas, de una sola vez? ¿o ha sido atribulado con resistencia?

Es un libro que tiene muchos años viajando conmigo. No sabía que ese era la historia que escribiría, pero estaba allí. Escribí varias veces el principio, pero luego me atascaba. Luego en las visitas a mi casa en Caracas contemplaba los muchos y variados libros que leí en la niñez y en la adolescencia, libros que había olvidado, que no podría citar, que no sabría situar históricamente. En algún momento comprendí que podría convertir esa limitación de mi memoria en una fuerza para escribir; si en mi cabeza sucedía a la vez el Cantar de Gilgamesh con El Amadís de Gaula, o las aventuras artúricas con los maravillosos mitos de los warao o los wayú y con un fragmento de Cunqueiro, ¿por qué no escribir desde esa maravillosa mixtura? La imaginación es capaz de tejer lo que en el tiempo real se encuentra distanciado. Fíjate que me has hecho recordar que de niño, cuando escribía mis primeras historias, yo me inventaba cuentos en los que convivían Guaicaipuro, Simón Bolívar y Diego de la Vega. Pues digamos que en esta novela recuperé esa inocencia

Una novela fragmentaria como Arena negra, y mitológica como La diosa de agua, en la que de nuevo participa la diosa María Lionza ¿Esta estructura le ayuda a concentrar las lecturas y a darle forma a todo el imaginario?

Algo que nunca dejaré de agradecer a autores de mi tradición venezolana como Teresa de la Parra o Guillermo Meneses es la idea de que una ficción no vale por sus buenas intenciones, su denuncia de las injusticias, o el simple vigor de su historia. Una ficción vale por tener una historia poderosa, llena de músculos, pero dentro de una estructura particular que la singularice. Como en otras oportunidades, yo tenía la idea de escribir una historia de amor con componentes fantásticos, pero fue al leer una novela de Pascal Quignard que pensé: «así debo escribir mi historia; en fragmentos; en asociaciones libres, alejándome y acercándome a la historia central, fingiendo que es una historia que tiene muchas versiones»; a eso se sumó la conversación con un amigo que me convenció de que una novela total no tenía que ser una novela monstruosamente larga; podía ser todavía más seductor concentrar una totalidad en un breve espacio.

La leyenda de Tristán e Isolda ha inspirado a muchos escritores. En su opinión, ¿qué hace tan atractiva esa historia?

Nunca olvido unas charlas de Víctor Bravo en las que a partir de la lectura de Denis de Rougemont explicaba que la concepción occidental del amor viene del Tristán e Isolda. Ese es un libro que me encanta y cada vez que lo leo me fascina su exceso, su apasionada desgracia, su placentera culpabilidad. Me agrada pensar que de esa historia medieval vienen los boleros, las rocolas, los culebrones, los momentos más sublimes y sufridos de los amantes.

Esa historia es atractiva porque rompe el sentido común, crea una temporalidad distinta en la que Tristán e Isolda saben que lo que hacen no es lo más correcto, pero son incapaces de parar; se aman de un modo tan frenético que están agotando las fases de la vida de una manera incendiaria y se están exponiendo a múltiples peligros.

Creo que fue Barthes el que dijo: ¿por qué durar es mejor que arder? Tristán e Isolda escenifican y resuelven esa duda.

Portada de Roman de la isla Bararida/ Cortesía

Roman de la isla Bararida , es una historia romántica erótica, explicita, elegante y provocativa, con una prosa poética y cuidada.

Mil gracias por esa lectura… me llama la atención que acotas elementos como el erotismo del que yo no estaba tan consciente. Lo cierto es que hay muchas partes del libro que no reconozco porque te juro que yo me senté a escribir y viví en un arrebato de palabras. Yo era como el recipiente de muchas palabras ajenas. Mencionaste en otra pregunta a María Lionza, la bella diosa venezolana, la verdad es que de niño estuve muy cercano al culto y quería ser materia: es decir, la persona que presta su cuerpo para que hablen los espíritus. Nunca tuve la constancia y la fe suficiente para serlo, pero me gusta pensar que escribí esta novela como si fuese una materia en la que hablan otros.

También de pequeño me dijeron que tenía facultades para ser brujo; quizá esta obra ha sido una manera de reencontrarme con esa vida que no fue posible.

«Azogue, ariché, macareus, kawudare» palabras rescatadas, algunas  creadas especialmente  para esta novela, otras transformadas ¿Cómo han surgido? ¿Toma en cuenta la sonoridad de los términos cuando escribe?

El mismo Pascal Quignard se reunió en una ocasión con una traductora que le pedía referencias sobre un árbol y él le confesó que escogió un árbol en específico por su sonoridad, que ella hiciese lo mismo al traducir.

Creo que en este libro en concreto me condujo esa idea: hacer una historia apasionante sobre unos amantes frenéticos a quienes aguarda la desgracia de la separación, pero con un lenguaje que fuese una canción en sí mismo, un amplio poema en prosa. Que las palabras tuviesen la sonoridad con que se hablan y se anudan los amantes.

Sucede además que con los años y la distancia que me separa cotidianamente de Venezuela, muchas palabras que me resultaban comunes se han cargado de una energía especial, de un brillo misterioso: yo antes decía Siquisique y solo nombraba un pueblo, pero ahora lo digo y la palabra resuena en mí como un hechizo, como una puerta que se abre.

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Hablemos del Coro muy utilizado en las tragedias griegas y por ciertos dramaturgos. En este caso, se dirige al protagonista como una madre sabía que conoce el destino y advierte.

Hay una película de Woody Allen que me encanta y cuyo nombre tampoco voy a recordar, pero en la que se actualiza el recurso del coro de las tragedias. Quizá eso tuvo influencia en ese momento del libro, pero lo cierto es que como te he dicho, mis dedos se conducían solos: ahora leo y reconozco: esto es de la tragedia griega, esto es una leyenda que me contó un tío en El Tocuyo, esto es una canción de José Luis Rodríguez, esto es un mito de los waraos y esto es un trocito de novela pastoril.

El Coro significa en ese momento del Roman de la isla Bararida el sentido común que le indica a Najamutu que esa desolación que está sintiendo en los breves momentos en que Wari se ha ido a dar un paseo, significa ni más ni menos que está punto de traspasar un límite, que si se detiene podrá salvarse del dolor. Una señal que puede salvarlo, pero que él no escucha porque prefiere permanecer en el abrazo de Wari, con todas las terribles consecuencias que eso va a traerle.

Incluye en esta obra a San Francisco de Asis, protector de los animales. Por este y otros libros pareciera que lo sagrado es importante para usted.

No soy practicante de ninguna religión, pero amo lo sagrado, lo que me asoma a otras realidades, y dentro del santoral católico tengo un profundo amor y respeto por figuras como San Francisco de Asís, como San Antonio de Padua o San Martín de Porres.

Lo sagrado es un murmullo que me envuelve siempre. Quise que esta novela fuese una especie de oración de gratitud al hecho de existir: al placer, al dolor, a la vida, a la muerte, a las palabras.

Algunas de mis narraciones tienen esta característica; otras son relatos realistas, humorísticos, pero hay una parte de mi obra que tiene eso que Ernesto Pérez Zúñiga llama la literatura del umbral; un sitio en el que te asomas a lo inexplicable, al misterio.

La presencia de San Francisco de Asís, con quien comparto el amor profundo a los animales, también me condujo a la revisión del discurso de la bondad como un peligroso camino al fanatismo. Uno de los grandes extravíos de Najamutu, el protagonista de este libro, es el momento en que se cree tocado por una bondad extrema que debe predicar y que debe introducir en los otros incluso por la fuerza.

En esta novela se atreve con muchos tipos de escritura, incluso con un romance

         cantaban en lejanas tierras los juglares que no

         conocieron el final de la historia

                   Que por árbol era un bosque,

                    mientras regresa el calor,

                    soñaban sí los amantes,

                    aromas de piel y flor.

                    Dormir la noche y estrellas,

                    Bararida en su esplendor.

                    Tan lejos la muerte y lucha,

                    Najamutu y Wari ardor.

                    Huidos de la vil muerte,

                    ya desnudos y el frescor.

                    Palacio azules ventanas,

                    jamás miedo ni dolor.

                   Vencieron las mil batallas, 

                   tiemblan su gozo de amor.

Es verdad lo que dices… Había soñado siempre con intentar un romance y ahora vi la oportunidad… Porque ¿sabes qué me hizo inmensamente feliz al escribir este libro? Pensar que era una historia escrita con esa felicidad absoluta en la que no esperas nada, en la que no tienes expectativas. En algún momento pensé: nadie en España va a publicar una novela fantástica, fragmentaria, anacrónica, en la que aparecen dioses desconocidos, en la que existen demasiados registros, en la que no hay ningún mensaje social, edificante. Una novela además que comete el pecado de desconocer la pureza cultural que en este patético siglo XXI nos hace presuponer que sobre los goliardos solo puede escribir un goliardo o que sobre una historia africana solo puede escribir un africano.

Lo inesperado vino después; lo maravilloso es que existe una editorial como Firmamento que con apenas tres o cuatro años de existencia, siente que si hay literatura es necesario lanzarse a la piscina.

Pero sí, escribí este libro sin pensar en algo distinto a sacarme de dentro esta historia. Yo tengo la fortuna de no ser nada. No tengo ninguna identidad tribal a la que aferrarme: no soy lo suficientemente Jirajara, Timoto Cuica o Mandingá o canario o gallego, y a la vez soy todo eso. Así que me permití que esa novela sucediese como me siento: una mixtura, una mezcla de sabores, palabras, historias.

Ahora que lo pienso, también escribí esta historia porque me gustaría que alguna vez Wari y Najamutu vuelvan a encontrarse.  

El escritor dictará una clase-taller sobre: Cómo escribir a partir de la vida y las lecturas

📅 Sábado 29 de junio

11:30 h

📍  Librería Los pequeños seres

Es indispensable confirmar disponibilidad de plaza al momento de la compra y apuntarse por WhatsApp +34 640227965

Entrada

Gratis con la compra de un ejemplar de Roman de la isla Bararida

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