Emprendimiento
8.000 chaulafanes salen cada mes de la cocina de este ecuatoriano, en España

Con tres locales en Barcelona, una franquicia en Madrid y una apertura prevista en Miami, El Ñaño conquista paladares y lleva la comida ecuatoriana a otro nivel. Con una mezcla de sazón, estrategia y corazón, su fundador apuesta por una marca global que reescriba la historia gastronómica de Ecuador, plato a plato.
Eloy Mera nació en Balzar, Guayas, y desde joven supo que su destino estaba fuera del país. En 2001, con apenas 17 años y un título de bachiller en administración de granja y zootecnia, miró alrededor y no encontró futuro en el Ecuador. «Siempre pensé en grande», recuerda.
Mientras su madre ya llevaba algunos años en España, él decidió cruzar el Atlántico para probar suerte. «Voy un tiempo, y si no me gusta, regreso», pensó. Pero nunca volvió. Aterrizó en Barcelona sin certezas, solo con el hambre de crecer y de no conformarse con ser uno más. Desde entonces, su historia se teje con el esfuerzo que lo llevó a tener éxito lejos de casa.
Entre 1999 y 2000, Ecuador atravesó una de las peores crisis económicas de su historia contemporánea, conocida como el feriado bancario, que llevó al congelamiento de depósitos bancarios, el cierre de numerosas entidades financieras y una desconfianza en el sistema económico. Esta situación provocó una ola migratoria que impulsó a cientos de miles de ecuatorianos a abandonar el país. España se convirtió en un destino que registró un salto de menos de 50.000 personas en 2000 a más de 450.000 en 2005, según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, Undesa.
Mera y su familia fueron parte de estas cifras. Su madre trabajaba en una casa, como muchas mujeres migrantes de la época, asegura. Él, en cambio, empezó en la obra. Era lo común. La migración del 2000 era distinta: ruda, silenciosa y llena de miedos, cuenta Mera. Los hombres iban directo a la construcción, las mujeres al servicio doméstico. Muy pocos se atrevían a buscar trabajo en hostelería y socializar era difícil. «Era un sin vivir».
Tras dejar la obra, Mera volvió a sus raíces. Su familia siempre estuvo ligada a la cocina. Su abuela tenía un restaurante y su madre heredó ese talento. Por eso, encontraron un local donde empezaron a vender comida ecuatoriana los fines de semana. A la tercera semana, surgió la posibilidad de comprar el traspaso del restaurante que, en esa época, costó 150.000 pesetas (unos 150.000 euros). Era una suma que no tenían, pero que lograron reunir con apoyo de amigos, un crédito bancario y un acuerdo directo con el propietario, que les permitió pagar en cuotas durante tres años. Bellaterra era el nombre.
Le puede interesar: Mándalo Market: productos latinos para envíos a España y Europa
El sitio estaba ubicado en la calle Padilla 177, en Barcelona. En ese entonces, trabajar duro todavía abría puertas. «Aquí se valoraba el esfuerzo», recuerda Eloy. Aunque el restaurante seguía el modelo clásico de locales ‘étnicos’ enfocados en la comunidad migrante, él ya soñaba en grande. Siempre le atrajo el mundo empresarial y creía que si se le daba valor a lo propio, a lo auténtico, había espacio para crecer.
En 2007, este ecuatoriano sintió que era momento de crear algo nuevo. Llevaba casi una década en España y notaba que, como él, había una generación entera de migrantes jóvenes que no se identificaba del todo con la comida tradicional ecuatoriana. Eran los que habían llegado con 10, 12 o 15 años y que crecieron entre dos mundos. «La gente quería comerse un chuzo, un choclo, una hamburguesa, una papipollo… y eso no lo ofrecían los restaurantes latinos», recuerda. Así nació El Ñaño, una marca con un concepto de comida rápida inspirado en la gastronomía callejera ecuatoriana. El primer local fue un éxito: bien decorado, bien pensado y con una identidad que trascendía. En poco tiempo ya contaban con dos puntos de venta.
Lea también: 7 ricas recetas de platos ecuatorianos – Yo Soy Latino
El nombre «El Ñaño» gustó mucho. Para este emprendedor era más que una palabra. «Ñaño es hermano, y yo quería que todos —ecuatorianos, colombianos, venezolanos— se sintieran parte», cuenta. La comida ecuatoriana, bien ejecutada y bien comunicada, empezaba a ganar terreno. Sin embargo, la crisis económica de 2008 golpeó fuerte. Por inexperiencia y juventud, Eloy cuenta que tuvo que cerrar uno de los locales de El Ñaño. Pero fusionó la esencia de esta marca con la trayectoria de Bella Terra. Así nació su primer local emblemático.
Con la fusión de conceptos, Mera decidió reformular todo desde cero. Invirtió más de 400.000 euros en un restaurante completamente nuevo, desde los cimientos hasta la cocina, para construir un local más grande. La carta también evolucionó, mantuvo los sabores típicos, pero les dio un giro más ágil, más cercano al fast food, sin perder calidad ni esencia.
El resultado fue una propuesta que rompía esquemas y marcaba una diferencia frente a los restaurantes latinos tradicionales, muchas veces asociados a espacios para beber y escuchar música los fines de semana en España. Mera quería que lo suyo fuera distinto, un restaurante ecuatoriano para todos los públicos, con comida auténtica y servicio de primer nivel.
En 2017, con más experiencia, este migrante retomó la expansión. Había probado suerte en varios negocios —una discoteca, una radio, una agencia de viajes, incluso un restaurante venezolano— y aunque todos le dejaron aprendizajes, decidió enfocarse en lo que realmente amaba: su marca. Así nació El Ñaño Caminito a Guayaquil, con una inversión de 150.000 euros y la idea era jugar con los nombres y la identidad cultural de cada rincón del Ecuador. Está situado en la calle Aragón 54, más pequeño —para 50 personas—, pero al que Eloy se refiere como «la joya de la corona».
Esto lo llevó a dar un paso aún más ambicioso. El local original de El Ñaño Bellaterra, ubicado en la calle Padilla, se había quedado pequeño, así que lo trasladaron a la calle Lepanto 203, donde abrieron un restaurante con capacidad para 250 personas.
En 2022, llegó una oportunidad que no podía dejar pasar y abrió un tercer local en el corazón de Barcelona, en la Balmes 18 justo al lado de la Rambla Cataluña, en la llamada «milla de oro» de la ciudad. «Si queremos que la marca crezca, teníamos que estar en el centro». Ese nuevo espacio tiene una capacidad para 180 personas. «No queremos quedarnos aquí. Nuestro sueño es ver a El Ñaño en Londres, en París, en cada ciudad donde haya una comunidad latina que valore lo suyo, pero también para el público general. Sabemos que lo vamos a lograr. Quizás nos tome 15 o 30 años, pero ese es el objetivo».
Los tres restaurantes en Barcelona comparten el mismo menú, pero con una carta que evolucionó a medida que el equipo viajó y exploró nuevos sabores. Aunque partieron de la cocina tradicional «de pueblo» y una fusión con comida rápida, con el tiempo incluyeron platos del litoral ecuatoriano. «Empecé a viajar a Salinas, Puerto López, Quevedo… y de ahí trajimos platos como el chaulafán, que no era parte de nuestras recetas familiares».
También le puede interesar: Platos típicos de comida ecuatoriana – Yo Soy Latino
Ese plato, convertido en su estrella, conecta con todos los latinos. La demanda habla por sí sola, se venden más de 8.000 platos al mes en todo el grupo.»La menestra hacemos litros y litros y litros. Chuzos hacemos miles. El chaulafán es nuestro top ventas y cuesta 17 euros. Es una locura».
Hace un año y medio vendieron su primera franquicia: El Ñaño Madrid. El franquiciado, un empresario colombiano de Medellín, creyó en el proyecto y apostó por un restaurante que mantiene los valores y estándares de la marca. «El canon de apertura es de 20.000 euros y el royalty es 5+2, como en muchas franquicias, pero montar un Ñaño bien hecho cuesta entre 300.000 y 350.000 euros», explica.
Pero, Mera quiere más. La decisión de cruzar el Atlántico y abrir en Miami, Estados Unidos, no fue al azar. Aunque muchos podrían pensar que Nueva York sería una apuesta lógica por su enorme comunidad latina, el equipo tenía claro que el público objetivo era otro. «No queremos quedarnos solo en los barrios donde hay muchos latinos. En Barcelona, por ejemplo, nos fuimos directo al centro, porque nuestro concepto es que la comida ecuatoriana debe ser para todos. Lo mismo queremos en Estados Unidos», explica. Y Miami, con su mezcla de culturas, su dinamismo y su apetito por nuevas propuestas gastronómicas, se convirtió en el escenario ideal.
El local estará ubicado en el corazón de Coral Gables, en la 339 Miracle Mile. La negociación del espacio tomó casi un año, desde que lo descubrieron a inicios de 2024 hasta que lograron comprarlo a finales de ese mismo año por 560.000 euros, sin contar las obras, que podrían alcanzar entre 400.000 y 500.000 euros adicionales. El plan es abrir después del verano, entre septiembre y octubre de 2025. «Este proyecto es un sueño más», confiesa.
Con más de 20 años de experiencia cocinando para públicos internacionales, Eloy Mera está convencido de que sabrá conectar también con el paladar estadounidense. «Nuestra ventaja es que sabemos cómo adaptar los platos, sin perder la sazón ecuatoriana», dice. Trabaja con un equipo de más de 160 personas y anhela abrir al menos 20 restaurantes El Ñaño en el mundo. En 2024, el grupo logró facturar más de 10 millones de euros y vender miles de platos al día entre sus cuatro locales. Pero como él mismo lo dice, esto apenas comienza.
Forbes.com.ec
Emprendimiento
MITA, una estrella Michelin venezolana en Washington
Tatiana Mora y Miguel Guerra se coronan con su restaurante de cocina latinoamericana 100% basada en plantas

José Luis Ávila
Los cocineros venezolanos Tatiana Mora y Miguel Guerra están cantando victoria en la escena gastronómica de Washington D.C. En diciembre pasado, su restaurante MITA, ubicado en el barrio de Shaw, se ganó su primera estrella Michelin apenas 11 meses después de su apertura gracias a un concepto que ha resultado pionero ante los ojos de la crítica especializada: cocina latinoamericana 100% basada en plantas, o como se describe la propuesta en la página web del proyecto, “vegetales como nunca los habías visto”. La misma ha conquistado los paladares de los exigentes comensales de la capital del país, entre los que se encuentran políticos, diplomáticos y funcionarios públicos de todos los ámbitos. Las reservas del restaurante se encuentran llenas desde que recibieron el codiciado premio.
Le puede interesar: Mándalo Market: productos latinos para envíos a España y Europa
La historia de estos dos inmigrantes amantes de los fogones es parecida a la de muchos de sus compatriotas que salieron de Venezuela en la búsqueda de mejores oportunidades. La recompensa les llega luego de varios años e intentos. “En Estados Unidos nada es orgánico. Hay que echarle pichón. Nada es de la noche a la mañana”, confirma Tatiana, quien llegó a Estados Unidos tras haber triunfado en la escena culinaria de su país —“Caracas fue mi escuela”—, y retomó el pulso de su carrera en las cocinas de los restaurantes Alma Cocina Latina, La cosecha y Serenata. Precisamente, en este último conoció a Miguel, un paisano 20 años más joven, egresado de la escuela Le Cordon Bleu College of Culinary Arts-Miami, y quien siendo sous chef del restaurante Cielo en Washington (dedicado a la gastronomía colombiana), también ganó una estrella Michelin.
Pregunta. ¿Cómo fueros los inicios de MITA?
Respuesta. Empezamos en plena pandemia. Con el auge de las experiencias hechas en casa, comenzamos a experimentar con platos elaborados a base de plantas. A la gente le encantó. El primer concepto fue más pop, luego más a la carta, y terminamos creando un menú degustación. Al final, teníamos dos opciones, dejar todo y pasar a algo nuevo o abrir un restaurante. Y bueno, aquí estamos.
P. Son los pioneros del concepto de cocina latinoamericana 100% elaborada con plantas.
R. El reto fue crear platillos elaborados con verduras a partir del recetario latinoamericano. Nuestro menú empieza en Venezuela y termina en Chile, sin dejar por fuera a México. Pero, siendo ambos venezolanos, hay una impronta de nuestra cultura en la carta. Por su puesto tenemos arepas. Una venezolana (que se sirve con la famosa guasacaca), otra colombiana y una tercera, que creamos en Washington, que lleva crema agria y aceite de chile. También acabamos de crear un homenaje al asado negro venezolano con vegetales. Son los mismos sabores, pero tratados de una manera diferente.
P. ¿Cómo recibieron la noticia de la estrella Michelin un mes antes de cumplir el primer aniversario del restaurante?
R. Fue una sorpresa. Esta es una de las cosas que no tienes idea cómo ocurren. No sabes quién fue el crítico de la guía Michelin que te visitó y se llevó una buena impresión. Cuando recibimos la invitación a la gala, pensamos que algo iba a pasar, así que el día de la entrega teníamos mucha incertidumbre. Tuvimos que esperar porque los reconocimientos se dan por orden alfabético, pero cuando nos llamaron, le dije a Miguel, ‘ahora sí es verdad. Lo hicimos’.
P. ¿Cómo les ha cambiado la vida este reconocimiento?
R. Estamos llenos todas las noches, pero el hecho de sentirte reconocido en esta industria tan fuerte y competitiva, siendo nosotros inmigrantes, nos confirma que todo el esfuerzo ha valido la pena. Ahora estamos en el foco, y si antes la gente nos visitaba con expectativas, ahora vienen con más, así que tenemos que seguir subiendo de nivel.
P. ¿Cómo inicia la experiencia culinaria en MITA?
R. Recibimos a nuestros comensales con un cacao como lo preparan en México, con maíz, naranja y canela. Es nuestra forma de recrear la entrada a un temazcal, con la idea de que la gente sienta que vivirá un renacer con los platos que va a degustar a continuación. Luego colocamos en la mesa un caramelo de mango con un poco de picante y tamarindo, para brindar por la prosperidad y la abundancia.
P. La guía Michelin describe su crudo de sandía como un plato “ingenioso y atrevido”, ¿qué otros representan al menú?
R. Uno es la Pachamama, una recreación de un ritual que hacen los indios Quero en Perú, con una ofrenda a la Madre Tierra que lleva laurel, galletas, chocolate y monedas. Nuestra versión llama mucho la atención porque viene en un cofre dorado, de vidrio, que tiene dentro galletas de leche de soya, un chicharrón vegetal crujiente, raíz de apio, ají amarillo, mole negro y ralladura de limón. El crudo de sandía también es una insignia de la carta. Esta se sirve marinada, con unas zanahorias fermentadas en miso, acompañada de una leche de tigre de pepino.
Lea también: Mita, restaurante de venezolanos, recibió una estrella Michelin – Yo Soy Latino
P. Si el comienzo del menú es dulce, ¿cómo son los postres de la carta?
R. Están inspirados en maravillas de Latinoamérica, como el salar de Uyuni, en Bolivia. Este viene con una mousse de apio morado, que es una bebida que ellos hacen de maíz; helado de chirimoya, una torta de yuca; servido en un plato de mármol grande, que se asemeja muchísimo al salar. Ahora tenemos uno inspirado en los moáis de Isla de Pascua en Chile. Tiene miso, piña, una torta tradicional del lugar llamada Po e, que lleva banana, papa dulce y coco.
P. ¿Cuál es la historia que quieren contar con estos platos?
R. Para nosotros es muy importante representar a nuestra región. Latinoamérica somos todos, y queremos resaltar los platos insignias de nuestros países, pero a nuestra manera. Ese es nuestro mayor reto. También darle protagonismo a los vegetales, porque siempre es lo contrario. La proteína animal suele ser la estrella de la mayoría de los restaurantes.
P. ¿Cómo describirían la escena gastronómica de Washington?
R. Muy variada y exigente. Tiene un comensal muy cosmopolita, que viaja comiendo en los mejores restaurantes del mundo. Para nosotros, sin duda, ha sido un desafío complacer estos paladares. Tener a embajadores y diplomáticos entre nuestros comensales frecuentes ha sido muy gratificante.
P. Lo curioso es que ustedes hacen cocina basada en plantas, pero no son vegetarianos.
R. En efecto. Yo fui vegana por un año (cuenta Tatiana), pero tuve que dejarlo por razones de salud. Sin embargo, ninguno de los dos come carne roja. Con nuestro restaurante no pretendemos cambiar el mundo. Para nosotros los vegetales son el sabor de las comidas, y así como hay un steakhouse que solo vende carnes, nosotros somos un restaurante que solo vende platos con vegetales. Además, promover la sustentabilidad en la alimentación también es algo que nos interesa mucho.
El País
Emprendimiento
Alejandra Mustakis, una empresaria que inspira a Chile y a Latinoamérica

«Alejandra Mustakis, una empresaria que inspira a Chile y a Latinoamérica» es el tema que propone Willem F. Schol, Presidente de AmericaMalls & Retail y Director de Empresas.
Alejandra Mustakis es un nombre emblemático en el mundo empresarial chileno y latinoamericano. Con una trayectoria que destaca por la innovación, la sostenibilidad y el compromiso social, Mustakis ha fomentado un cambio significativo en el ámbito empresarial, convirtiéndose en un modelo a seguir para las nuevas generaciones. Este artículo examina su formación profesional, sus orígenes, su trayectoria, logros y legados para el futuro.
Formación profesional y orígenes empresariales
Alejandra Mustakis se graduó como Ingeniera Comercial en la Universidad Diego Portales. Su formación académica le ha proporcionado una sólida base en análisis financiero, estrategia empresarial y gestión. Posteriormente, completó un MBA en Harvard Business School, donde adquirió habilidades cruciales en liderazgo y emprendimiento. Desde sus inicios, Mustakis se ha nutrido del espíritu emprendedor que forma parte de su familia, lo que la motivó a explorar nuevas oportunidades comerciales.
Le puede interesar: Startup liderada por chilena facilita la vida de migrantes en España – Yo Soy Latino
Trayectoria y grandes logros
A lo largo de su carrera, Alejandra ha estado involucrada en diversas iniciativas empresariales. Es presidenta de Mustakis Group, un holding que agrupa varias empresas en sectores como retail, tecnología y educación. Su enfoque en la sostenibilidad y el compromiso social ha convertido a sus empresas en referentes en estos ámbitos.
Uno de sus hitos más destacados fue la creación de Nubimetrics, una plataforma analítica que utiliza inteligencia de mercado para ayudar a las empresas a tomar decisiones informadas y estratégicas. Este proyecto no solo ha demostrado ser exitoso en el ámbito empresarial, sino que también ha empoderado a otros emprendedores a optimizar su gestión.
Asimismo, su trabajo con la Fundación Mustakis resalta su dedicación hacia la educación y el desarrollo de jóvenes talentos, ofreciendo becas y programas de mentoría que transforman vidas y comunidades.
Lea también: Inspiring Girls: emprendedoras que impulsan a las niñas a emprender – Yo Soy Latino
Contribuciones y legados
Alejandra Mustakis no solo se limita a alcanzar el éxito; su legado se extiende a través de sus esfuerzos por promover la responsabilidad social y el emprendimiento ético. A través de sus iniciativas, ha moldeado una nueva visión en el mundo empresarial, en la que la sostenibilidad y la ética son pilares fundamentales.
Su labor ha inspirado a numerosos emprendedores a adoptar un enfoque similar, subrayando que el éxito comercial puede y debe ir de la mano con un impacto social positivo. Al formar redes de colaboración y empoderar a futuros líderes, Mustakis ha dejado una huella duradera en el entorno empresarial.
Su aporte a la Fundación Levantemos Chile
Alejandra ha desempeñado un papel destacado en Desafío Levantemos Chile, una organización chilena sin fines de lucro fundada tras el terremoto de 2010, enfocada en promover el emprendimiento, la educación y el desarrollo social.
Aunque no figura como fundadora de la organización, Mustakis ha sido una colaboradora clave en diversas iniciativas. Por ejemplo, en enero de 2021, participó como vocera del movimiento “Levanta Chile”, una alianza entre Desafío Levantemos Chile, la Multigremial Nacional y exdirectivos de la Asociación de Emprendedores de Chile (ASECH), que presentó 24 candidatos a la Convención Constituyente. El objetivo era influir en el proceso constitucional, promoviendo temas como el emprendimiento, la descentralización y la eficiencia del Estado.
Además, Mustakis ha colaborado en proyectos conjuntos entre Desafío Levantemos Chile y otras organizaciones. Por ejemplo, en 2016, participó en la firma de un convenio entre Desafío Levantemos Chile y iF Chile, una red de espacios colaborativos que ella cofundó, con el objetivo de fomentar el emprendimiento y la innovación social en el país.
Lea también: La venezolana Isabella Sterzewski: innovación y liderazgo en la era digital – Yo Soy Latino
Sin lugar a dudas, Alejandra Mustakis representa una nueva generación de líderes latinoamericanos que entienden que la empresa no es un fin, sino un medio para transformar realidades. Su ejemplo demuestra que se puede emprender con éxito sin dejar de lado la sensibilidad social, la ética y la colaboración. Por todo ello, es justo considerarla una de las empresarias más inspiradoras de Chile y de América Latina.
Am.érica-retail.com
Emprendimiento
Cámara de España ofrece ayudas de hasta 150.000 euros para pymes que quieran exportar

Eva Salamanca
La Cámara de Comercio de España ha anunciado una convocatoria de 10,5 millones de euros para financiar certificaciones internacionales, una oportunidad clave para pequeñas y medianas empresas que buscan crecer en mercados globales.
Las pequeñas y medianas empresas españolas con ambición de expandirse más allá de la Unión Europea tienen hasta el 23 de mayo para solicitar las nuevas ayudas de la Cámara de Comercio de España. Esta convocatoria, dotada con 10,5 millones de euros, está diseñada para financiar los costes de certificación necesarios para comercializar productos y servicios en mercados internacionales, reduciendo el riesgo regulatorio en un contexto de incertidumbre global.
Le puede interesar: Las pymes y startups de Madrid pueden acceder a ayudas para usar Blockchain que dé seguridad a su negocio – Yo Soy Latino
¿En qué consisten las ayudas?
Dentro del Programa Mentoring y Apoyo a la Internacionalización de la Pyme, financiado por los Fondos Next Generation del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, estas subvenciones cubren gastos como:
- Consultoría asociada a la certificación.
- Costes de envío, devolución o destrucción de muestras.
- Ensayos de laboratorio (en España o en el país de destino).
- Emisión de certificaciones u homologaciones.
- Auditorías.
- Renovación o mantenimiento de certificados, con prioridad para certificaciones de primer año.
Los proyectos elegibles incluyen procesos de certificación iniciados o finalizados entre el 1 de enero de 2024 y el 31 de mayo de 2025. La cuantía de la ayuda varía según la facturación de la empresa:
- Facturación entre 300.001 y 1.000.000 euros: 20.000 euros de ayuda máxima, sobre un presupuesto máximo elegible de 25.000 euros.
- Facturación entre 1.000.001 y 5.000.000 euros: 75.000 euros de ayuda máxima, sobre un presupuesto máximo elegible de 93.750 euros.
- Facturación a partir de 5.000.001 euros: 150.000 euros de ayuda máxima, sobre un presupuesto máximo elegible de 187.500 euros.
Requisitos que deben cumplir las pymes para optar a la financiación de la Cámara
Para acceder a estas ayudas, las pymes deben cumplir los siguientes criterios:
- Tener un producto o servicio propio.
- Facturar más de 300.000 euros anuales.
- Ser una empresa exportadora (solo para certificaciones voluntarias).
- Cumplir con la normativa de mínimos de la UE (Reglamento UE Nº 1407/2013).
- No estar en situación de crisis, según el Reglamento 651/2017.
- Cumplir con el artículo 13 de la Ley General de Subvenciones 38/2003.
Las solicitudes se tramitan a través de la Sede Electrónica de la Cámara de España y se concederán por orden de llegada hasta agotar el presupuesto.
Las certificaciones internacionales son indispensables para la exportación
La internacionalización es un pilar clave para el crecimiento de las pymes española y las exportaciones han pasado de representar el 24% del PIB en 2008 al 40% en la actualidad. Sin embargo, el 62,8% de las exportaciones se concentran en la UE, lo que subraya la necesidad de diversificar mercados.
“Estas ayudas son una herramienta esencial para que las pymes accedan a nuevos mercados y clientes, mejorando su competitividad global al reducir el riesgo regulatorio”, destacó Julián López-Arenas, director de Competitividad de la Cámara de España. En convocatorias anteriores, 1.217 pymes solicitaron estas ayudas, con Cataluña (265 solicitudes), Andalucía (196) y la Comunidad Valenciana (170) a la cabeza.
Obtener certificaciones internacionales puede ser un proceso costoso y complejo, especialmente para pymes con recursos limitados. Estas ayudas no solo alivian la carga financiera, sino que también refuerzan la credibilidad de los productos y servicios en mercados exigentes. En un entorno de incertidumbre económica, diversificar mercados fuera de la UE puede ser una estrategia clave para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento del negocio.
Autónomos y emprendedores
-
Entretenimiento1 año ago
Tokyvideo: el YouTube español con series y películas
-
Entretenimiento7 meses ago
Belinda lleva las botas blancas perfectas para el otoño-invierno 2024
-
Entretenimiento7 meses ago
Canva promueve la inclusión digital en América Latina
-
Entretenimiento1 año ago
Luis Chataing en Madrid
-
Arte y Cultura1 año ago
Rafael Cadenas publicado en Italia por la Editorial Einaudi
-
Arte y Cultura9 meses ago
La poesía de Leonardo Padrón por Madrid
-
Entretenimiento1 año ago
Nueva versión de «Rosa, que linda eres»
-
Entretenimiento5 meses ago
Luis Alberto Posada, Tour Europa Febrero 2025