Arte y Cultura
Divina Pastora, la andaluza que conquistó a los venezolanos

Por Alberto Veloz
A mediados del siglo XVIII, por inspiración divina del sacerdote capuchino Fray Isidoro de Sevilla, comenzó a fraguarse a advocación mariana “Divina Pastora de las Almas”. El lema escogido para el recorrido del año 2022 es “Divina Pastora, Reina y Madre de la Familia, ruega por nosotros”
En el corazón de Andalucía y auspiciado por la Orden de los Capuchinos, nació el culto a la Virgen María como Divina Pastora de las Almas, hasta que después de muchos años y por solicitud especial de una encomienda, su imagen, una talla de madera policromada de la Escuela de Sevilla, llegó a la capilla de la parroquia de Santa Rosa, en Barquisimeto, a mediados del siglo XVIII.
Su veneración se ha mantenido desde hace más de dos siglos, en lo que constituye una de las manifestaciones más grandes de fervor cristiano en el mundo entero.
Cada 14 de enero se movilizan más de 4 millones y medio de personas en procesión desde la iglesia de Santa Rosa en un recorrido de 7 kilómetros y medio hasta la Catedral Metropolitana de Barquisimeto, capital del estado Lara.
Es una de las procesiones marianas más grandes del mundo en cuanto a asistentes, junto a las de la Virgen de Guadalupe en México y de Fátima en Portugal.
La seguridad durante las procesiones está garantizada con la presencia de los Celadores de la Divina Pastora, grupo integrado por caballeros de la parroquia quienes están atentos ante cualquier eventualidad, con el apoyo de los cuerpos de seguridad del Estado.
¿Por qué Divina Pastora?
Desde que Jesucristo, el hijo de Dios, se encarnó en el vientre de la santísima Virgen María y se hizo hombre, se presentó a sí mismo como el cordero de Dios y el Buen Pastor.
San Juan lo señala en su Evangelio en el capítulo “El Buen Pastor”: “En verdad, en verdad os digo: El que no entra por la puerta en el aprisco (redil) de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas…, yo soy el buen pastor, que da la vida por sus ovejas, las conozco y ellas me conocen a mí”. (Juan 10, 1-18).

Si Jesucristo es el Buen Pastor, María su madre, unida al plan de salvación de Dios para todos los hombres que escuchan su voz, es la buena Pastora de las Almas.
Con esta idea basada en el Evangelio de San Juan, esta advocación mariana es una de las más hermosas y recibe cada año el fervor y veneración del pueblo venezolano.
El destino y su jugada
Corría el siglo XVIII y el sacerdote de la iglesia de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto, presbítero Felipe de Prado para aquel entonces, encargó a España una imagen de la Divina Pastora para el culto de sus altares. Al mismo tiempo, el sacerdote párroco de Santa Rosa, pueblo vecino a la capital larense, el padre Sebastián Bernal, solicitó una imagen de la Inmaculada Concepción para su parroquia.
Sucedió que por equivocación las cajas fueron cambiadas de destino y la de la Divina Pastora llegó a Santa Rosa y la de la Inmaculada Concepción a Barquisimeto. El párroco de Santa Rosa, al darse cuenta del error, cerró el cajón y procedió enviarlo a Barquisimeto.
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Entonces, la Divina Pastora expresó su deseo de quedarse en Santa Rosa y lo hizo de forma sencilla y explícita, cuando la persona encomendada para que levantase el cajón, un indígena con fama de forzudo, no pudo moverlo del suelo ni pidiendo ayuda. La caja se tornó extrañamente muy pesada.
Se sucedieron varias consultas entre los sacerdotes, Felipe de Prado y Sebastián Bernal. Debían tomar una decisión y entendieron la circunstancia que la Divina Pastora quería permanecer en la iglesia de Santa Rosa, que ha sido su lugar natural de exposición y veneración para los fieles desde hace más de dos siglos.
A partir de ese momento el padre Sebastián Bernal le dedicó los 57 años restantes de su ministerio sacerdotal al culto de veneración a la Divina Pastora, no solo en Santa Rosa y Barquisimeto, sino también en los pueblos aledaños. Bernal falleció el 28 de agosto de 1794. Esta devoción se mantuvo viva y se celebrada con mucha solemnidad todos los 8 de septiembre.
Pueblo de dilatada tradición católica
Es importante acotar que Santa Rosa fue el primer poblado de América que perpetuó el nombre de la santa peruana Rosa de Lima. Es un pueblo de dilatada tradición católica.
Alfredo Armas Alfonzo, en su obra “La tierra de Venezuela y los cielos de sus santos” comenta acerca de la fundación de Santa Rosa de Lima y el comienzo del culto a la Divina Pastora:
“El capuchino Agustín de Villabánez lo funda en 1673 con la incorporación de ciento treinta y ocho familias de indios gayones. El origen del culto de la Divina Pastora, tan de la afección de la Orden Capuchina, adviene a consecuencia de la labor del acristianamiento que cumplieron en la región a fines del siglo XVIII dos miembros de la Orden, Fray Cristóbal de Alcalá y Fray Gabriel de Hionera”.
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El terremoto dejó intacta a la Virgen
El terrible terremoto que azotó a muchas poblaciones del país el 26 de marzo de 1812 destruyó en casi su totalidad la iglesia de Santa Rosa. Solo quedaron en pie las paredes laterales, pero milagrosamente la imagen de la Divina Pastora se encontró entre los escombros en perfecto estado, intacta, sin ningún rasgo de rotura ni desperfecto. Es decir, un milagro en medio de uno de los sismos más devastadores que se han producido en el país.
La imagen de la Divina Pastora se siguió venerando entre las ruinas bajo una parte del techo que se mantenía en pie, hasta el año 1850 cuando el padre José María Macario Yépez la mudó a una capilla provisional erigida a un costado de las ruinas.
Posteriormente, el 30 de agosto de 1864 volvió a la iglesia de Santa Rosa, reconstruida en su totalidad. Muchos años después es consagrada como Basílica Menor y el 14 de enero de 2018 fue elevada a la categoría de Santuario de la Divina Pastora.
El cólera y la necesidad de un milagro
La peste de cólera que azotó el país en el año de 1855, causó innumerables muertes en muy poco tiempo.
La población estaba sumamente temerosa de contraer la terrible epidemia por lo altamente contagiosa, la rapidez con que actuaba sobre los enfermos y abatida del dolor causado por la cantidad de víctimas que diariamente cobraba cientos de vidas.
Ante esta desesperada situación, el presbítero José María Macario Yépez, párroco de la iglesia de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto sintió la inspiración de Dios para reconfortar a tantas almas y fortalecer la fe en su feligresía.
El sacerdote Macario Yépez propuso erigir un monumento a la Cruz Salvadora, en el sitio histórico llamado Tierritas Blancas, donde las tropas patriotas, comandadas por El Libertador, sufrieron un serio revés durante la guerra independentista.
El sitio fue escogido como simbólico porque estaba regado con sangre de los patriotas, mártires caídos en el lugar. La Cruz Salvadora traería el favor divino y libraría al pueblo de la terrible peste que lo azotaba. El monumento a la Cruz se finalizó de construir a finales de 1855 bajo la conducción del presbítero José María Raldíriz y José Manuel Oberto.
La procesión milagrosa
Con el fin de dar mayor notoriedad al acto de bendición de la Cruz y atraer a la feligresía para acercarse a Dios ante la terrible epidemia de cólera que diezmaba a la población, el padre José Macario Yépez organizó una procesión para inaugurar el monumento el 14 de enero de 1856. La imagen de la Divina Pastora fue llevada desde su templo en Santa Rosa hasta Barquisimeto, con la aprobación del Vicario Foráneo de Barquisimeto, presbítero José María Raldíriz.
La Divina Pastora hizo el recorrido en hombros por los pobladores de Santa Rosa y al pie de la Cruz se encontraría con la imagen de Jesús Nazareno, procedente de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, donde la multitud de fieles imploraba a Dios para que alejara la peste.
A las 4:00 de la tarde del 14 de enero de 1856 se realizó el encuentro de la imagen de la Divina Pastora con Jesús Nazareno. Durante el acto de la bendición de la Cruz Salvadora se interpretó el Popule meus, de José Ángel Lamas. Un coro de voces femeninas dio un aire de solemnidad al acto litúrgico.
Escuchemos el Popule meus (Improperia) de José Ángel Lamas interpretado por la Orquesta Filarmónica Nacional y el Coro Polifónico Rafael Suárez.
Cuando la lenta y parsimoniosa procesión entró a la ciudad y pasó frente de la casa de ño Pedro Valdés, su esposa Ceferina Cristina, moribunda por el cólera, se incorporó de su cama y caminó hasta la puerta para agradecer al paso de la Divina Pastora. El milagro de su mejoría de inmediato se regó por toda la población y fue un bálsamo para reconfortar al pueblo en su fe cristiana.
Ofrecer la vida por el pueblo
La mejor descripción del acontecimiento en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto la relata Alfredo Armas Alfonzo en su obra ya citada:
“La solemne procesión alcanza al fin la puerta de la Concepción. El padre Macario Yépez, puesto de rodillas, los brazos en cruz, le habla a la visitante: ‘¡Virgen Santísima, Divina Pastora! En aras de la Justicia Divina, por el bien y salvación de este pueblo, te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu purísimo corazón cuando recibiste en los brazos a tu Santísimo Hijo, que salves a este pueblo. ¡Que sea yo la última víctima del cólera!’”
Tan solo transcurrieron cuatro meses y medio cuando el padre Macario Yépez se enfermó con la peste. Sanó de este mal, pero inmediatamente después se enfermó con fiebre tifoidea y a los pocos días las campanas de la iglesia de la Inmaculada Concepción anunciaron su deceso en la mañana del 16 de junio de 1856.
Procesión todos los años
A partir de ese acontecimiento histórico religioso, el Vicario Foráneo de Barquisimeto, presbítero José María Raldíriz determinó que la imagen de la Divina Pastora visitara en solemne y multitudinaria procesión la ciudad de Barquisimeto todos los años, cada 14 de enero, como un testimonio perenne de gratitud a la Madre de Dios, pues según la tradición y creencia general, confirmada por muchos sobrevivientes del cólera, con la llegada de la imagen de la Divina Pastora ese 14 de enero de 1856, comenzó a cesar aquella terrible epidemia.
La motivación del padre Macario Yépez de salir en procesión con la imagen venerada de la Divina Pastora, desde el Santuario de Santa Rosa hasta la Catedral de Barquisimeto, fue el inicio de una tradición de alto fervor religioso de todo un pueblo que implora por la solución de sus problemas y necesidades básicas.
Otra de las manifestaciones del fervor hacia la imagen de la Divina Pastora está representada en su vestuario. Los devotos, cada año, quieren que la Virgen estrene.
Esta tradición ha ido creciendo con los años y cada vez son más los feligreses que viajan hasta el estado Lara para participar en una de las manifestaciones religiosas más grandes del mundo, con humildad y mucho fervor, para tributar su devoción a la Virgen María bajo la advocación de la Divina Pastora.
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La Divina Pastora en el arte
Juan Lovera, el más importante artista del período colonial, no se interesó en el tema religioso. La única obra que se conoce del citado pintor donde aborda lo místico es un cuadro de la Divina Pastora, que forma parte de la colección de la Galería de Arte Nacional de Caracas.
Es el único testimonio religioso en la producción pictórica de este artista de la Colonia, célebre por sus obras de temática histórica y por sus retratos de los principales personajes vinculados a la Independencia y a los primeros años de la República.
En la pintura popular venezolana se encuentran numerosas versiones de la Divina Pastora realizadas a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.
La figura de la Divina Pastora también aparece en una estampilla venezolana con motivo del Bimilenario de la Natividad de Nuestra Señora en 1985, en una colección de 10 sellos con un valor de Bs. 1, emitida por el Instituto Postal Telegráfico (Ipostel) e impresa por Gráficas Armitano C.A.
La legendaria tradición alfarera del estado Lara es pródiga en la producción de artesanía con la figura e imágenes en muy variadas versiones de la Divina Pastora, ofrecidas en venta por artesanos locales. Son piezas realizadas en barro cocido y luego policromadas manualmente. Forman parte del arte popular y son muy apreciadas por los coleccionistas.
Caminata presidencial
Un dato muy singular es que el presidente de la República, doctor Luis Herrera Campíns, durante los cinco años de su mandato asistió a las multitudinarias procesiones de la Divina Pastora cada 14 de enero.
El jefe de Estado esperaba la procesión en la calle 22 cruce con la avenida Venezuela de Barquisimeto, uno de los lugares de cambio de cargadores, y de la manera más discreta posible, se incorporaba para seguir a pie acompañando, como un feligrés más, a la imagen de la Divina Pastora hasta la Catedral Metropolitana.
Esto era ejemplo de democracia y fervor religioso desde las alturas del poder pero con la humildad y sencillez que debe prevalecer en todo hombre de bien.
“Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado” (Lucas 14, 11)
El Estímulo
Arte y Cultura
Escritor venezolano Reinaldo De Fernández debuta en España con su libro «El canto de los azulejos»

Con el título El canto de los azulejos, el periodista zuliano, Reinaldo De Fernández, debuta en la literatura iberoamericana, gracias a la editorial española Valparaíso Ediciones.
Este escritor venezolano presenta al público una obra literaria, donde se cuenta una historia donde se mezclan elementos como el teatro y género de la literatura como la narrativa y la poesía.
El libro se divide en dos actos: El canto de los azulejos y Pétalos al viento, donde cada párrafo lleva la impronta e influencia del célebre poeta español, Gustavo Adolfo Bécquer.
Inspirado en el autor Gustavo Adolfo Bécquer, maestro de la tradición moderna, este libro cuenta una historia de desamor, soledad y pérdida en dos actos: “El canto de los azulejos” y “Pétalos al viento”.
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De acuerdo a la descripción del autor, en esta obra “se exploran las entrañas de todo los que nos hace humanos: el primer amor, el camino hacia la construcción de la ilusión, la esperanza y la falta de ella”.
Para los interesados en el libro El canto de los azulejos de Reinaldo De Fernández, pueden adquirir el ejemplar en librerías españolas y tiendas digitales como Amazon, eBay, entre otras.
Venezuela-news.com
Arte y Cultura
Premios Platino 2025: dónde verlos y horario

Los Premios Platino 2025 celebran su XII edición. La ceremonia rinde homenaje a lo mejor del cine y la televisión iberoamericanos, destacando las mejores producciones en castellano y portugués del año.
Este domingo 27 de abril de 2025, el Palacio Municipal IFEMA de Madrid, España, se prepara para la XII edición de los Premios Platino, el evento más importante del cine y la televisión iberoamericanos. Esta ceremonia, organizada por la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA) y por la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (FIPCA), celebra las producciones más destacadas en español y portugués, convirtiéndose en una plataforma clave para impulsar el talento de la región.
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Fecha y hora de los Premios Platino 2025

En España podrá verse en La 2 a las 22 00 horas
Quienes estén en Colombia podrán disfrutar de la transmisión en vivo a partir de las 02:00 p.m. a través de Caracol Televisión (en su señal HD2), y también desde su plataforma Ditu.
Para los espectadores que están desde otros países, pueden ver la gala en las televisiones América TV (Argentina), ATV (Bolivia), Canal 6 (Costa Rica), Canal 10 (Nicaragua), Canal 12 (El Salvador), Canal 13 (Guatemala), Canal 13 (Paraguay), Canal 22 (México), Canal Brasil (Brasil), GLOBAL TV C13 (Perú), La2 (España), RPC (Panamá), UChile TV (Chile), RTS (Ecuador), Telemundo (Estados Unidos), Telesistemas (República Dominicana), TNT Max, TV Ciudad (Uruguay), Venevisión (Venezuela) y VTV Canal 9 (Honduras) y en la plataforma SmartPLATINO (smartplatino.tv).
El Espectador
Arte y Cultura
Día del Libro 2025: por qué se celebra el 23 de abril

Janire Manzanas
Cada 23 de abril, el mundo se detiene un instante para rendir homenaje a uno de los elementos más poderosos y transformadores de la historia humana: el libro. Esta fecha, que se ha convertido en símbolo de la cultura, la educación y la libertad de pensamiento, está cargada de significado. El Día del Libro 2025 no es sólo una excusa para celebrar a los grandes autores, sino también una oportunidad para redescubrir el valor de la lectura en un mundo cada vez más acelerado. Y aunque el libro es el gran protagonista, hay una figura que se entrelaza profundamente con esta celebración, especialmente en Cataluña: Sant Jordi.
La unión entre el Día del Libro y la festividad de Sant Jordi es una de esas sinergias culturales que dan lugar a una tradición profundamente significativa. En Cataluña, el 23 de abril no sólo se celebra con libros, sino también con rosas. Las calles se llenan de color, literatura y romanticismo en una fusión única que mezcla historia, leyenda y pasión por las letras. Pero, ¿cuál es el verdadero origen de esta fecha? ¿Y qué tiene que ver un caballero y un dragón con una jornada dedicada a la literatura?
Origen del Día del Libro
El Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor 2025 fue establecido por la UNESCO en 1995, pero la idea original de esta celebración tiene raíces más antiguas. Fue el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés quien propuso, en 1923, crear un día dedicado al libro para promover la lectura y la industria editorial. Su propuesta fue aprobada por el rey Alfonso XIII y se fijó inicialmente el 7 de octubre, fecha que se creía correspondía con el nacimiento de Miguel de Cervantes.
Sin embargo, poco después se cambió al 23 de abril, día de la muerte del propio Cervantes, aunque también del dramaturgo inglés William Shakespeare y del poeta peruano Inca Garcilaso de la Vega. Esta coincidencia de fechas con figuras literarias de gran relevancia convirtió el 23 de abril en un día simbólico para la literatura mundial.
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Qué es Sant Jordi
Sant Jordi (San Jorge en castellano) es uno de los personajes más emblemáticos del imaginario europeo, cuya leyenda se centra en la lucha heroica de un caballero contra un dragón que aterrorizaba a una ciudad; Sant Jordi salvó a una princesa de ser devorada por la bestia, y del cuerpo sin vida del dragón brota una rosa roja que el caballero entrega a la joven como símbolo de amor. Esta historia, que combina valor, sacrificio y romanticismo, se ha convertido en un emblema de la cultura catalana.
Qué relación tiene el Día del Libro con Sant Jordi
La conexión entre Sant Jordi y el Día del Libro es una feliz coincidencia que ha dado lugar a una de las tradiciones más entrañables y singulares del calendario cultural en España. Aunque inicialmente el Día del Libro fue una iniciativa independiente, la celebración coincidió con el día de Sant Jordi, el patrón de Cataluña. Esta confluencia hizo que ambas festividades se entrelazaran de forma natural.
En Cataluña, Sant Jordi ya era una fecha destacada desde la Edad Media, asociada a actos cívicos y religiosos. Pero fue a partir del siglo XX cuando la tradición de regalar rosas y libros se consolidó, dando lugar a un día que no solo celebra el amor, sino también el conocimiento. Esta combinación ha convertido el 23 de abril en un día verdaderamente especial.
Por qué se celebra el 23 de abril
El 23 de abril fue elegido por coincidir con el fallecimiento de tres grandes autores de la literatura mundial: Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. Esta coincidencia lo convierte en un día simbólico, cargado de significado literario. Pero, además, es una fecha que ha sabido mantenerse viva y relevante gracias a la forma en que se ha celebrado y adaptado a las distintas culturas.
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El Día del Libro, y en particular la celebración de Sant Jordi en Cataluña, es mucho más que una festividad: es un testimonio vivo del poder transformador de la cultura. Esta tradición, que entrelaza la literatura con gestos de cariño como el intercambio de rosas y libros, representa una manera poética de celebrar el conocimiento, el amor y la convivencia. A lo largo del tiempo, la costumbre ha evolucionado, reflejando los cambios sociales y ampliando su significado.
En medio del ritmo acelerado de la vida, el Día del Libro 2025 es una invitación a parar un momento y volver a lo esencial. Regalar un libro es más que un gesto: es decir «pensé en ti», es compartir un pedazo del mundo que nos hizo sentir algo. Una rosa acompaña ese detalle con ternura, como un abrazo en forma de flor. Leer nos conecta, nos transforma, nos da refugio. Y en cada historia que leemos, también vamos escribiendo la nuestra. Porque los libros no sólo cuentan cosas, sino que también nos ayudan a entender quiénes somos.
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